Scruff es un perrito border collie de 13 años que vive con sus dueños en la ciudad de Nuneaton, en el centro de Inglaterra.
Uno de sus juegos buscar palos, llevárselos a sus dueños y que se lo aventaran para volver a buscarlo. La cosa es que el veterinario le prohibió esa actividad porque se podía cortar la boca.
Lo bueno es que le tomó poco tiempo encontrar un nuevo pasatiempo: juntar botellas de plástico tiradas en la calle.
El perrito que junta botellas
Generalmente por las tardes Yvonne y David salen a pasear a este perrito. Un día notaron que le gustaba buscar una botella, jugar con ella y soltarla otra vez. Y así: buscaba siempre botellas distintas.
En un principio lo dejaron porque así no se lastimaba la boca pero les daba remordimiento dejar todas las botellas tiradas en el suelo. Fue así como pensaron en llevarse una bolsa de tela en cada paseo y el perrito rápidamente lo entendió.
Ahora cada que salía a pasear, el perrito buscaba el mayor número posible de botellas y se las llevaba a sus dueños, quienes a su vez las guardaban en una bolsa.
Cada día que el perro junta botellas sus dueños lo documentan, toman fotos y videos y las cuentan. Todo se almacena en su patio y ellos creen que ya debe haber más de mil.
La dueña del perrito explica que Scruff necesita que le den órdenes para mantenerse ocupado en algo y enfocar su atención. Es por eso que ahora disfruta mucho su nuevo hobbie y le está haciendo un favor al planeta.
El plan es seguir recolectando botellas y reciclarlas poco a poco cada mes.