El internet y sus misteriosos caminos… Recientemente en redes sociales se hizo popular una escultura que así a simple vista y sin ponerle mucha atención pareciera que se trata de alguien en pleno perreo, posando para una de estas fotos de la chaviza o lo que sus cochambrosas mentes seguro ya están pensando.
Y aunque en realidad se trata de las rodillas de un hombre que está acostado boca arriba, la mente puede jugar chueco. La realidad es que la historia detrás de esta escultura maya es bastante interesante.
Un Chac-Mool
En realidades es una escultura antropomorfa maya (con características humanas) que representa un personaje semirecostado sobre una base rectangular y que tiene las piernas flexionadas.
Este personaje se apoya en los codos y tiene las manos sobre el vientre, sujetando un recipiente. Su cabeza está volteada hacia la derecha y tiene un tocado de diadema que se anuda en la parte posterior.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) describe que a los lados de la cara tiene dos placas rectangulares, además de estar ataviado con un pectoral de mariposa, brazaletes y sandalias.
Todo depende del ángulo con que se mire…
Este tipo de esculturas fueron registradas y encontradas por primera vez en noviembre de 1875 por el arqueólogo francés Auguste Le Plongeon, quien encontró esta escultura durante sus excavaciones en Chichén Itzá y lo llamó Chac Mool.
La figura de estas esculturas encontradas en varios sitios mesoamericanos como Tula, Chichén Itza, Ihuatzio (Michoacán) y el Templo Mayor siguen siento un poco enigmática, pero algunos investigadores del INAH hablan de que podría representar una víctima para sacrificio, un sacerdote, un hombre-dios, un mensaje divino o bien, una deidad en particular.