Lo que necesitas saber:
Los murales que decoraban el Centro SCOP eran obras de Juan O’Gorman y José Chávez Morado.
Aprovechando que el gobierno mexicano ha declarado “Monumento artístico” al conjunto arquitectónico del Centro SCOP, en Joyas de la CDMX les contamos la historia de este lugar que se encuentra al sur de la ciudad. Sí, les hablaremos principalmente de la historia que hay detrás de sus murales, las enormes e impresionantes obras que decoraban los edificios de este sitio.
¿Qué es el Centro SCOP?
Primero les explicamos qué es el Centro SCOP, el cual algunos creerán que sólo es una estación de Metrobús, pero no; se trata de uno de los sitios artísticos más importantes de la Ciudad de México por resguardar enormes murales.
Según la página El Mirador de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, entre 1891 y 2017, la que era la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas ocupó tres recintos: primero, la planta superior de la Ex Aduana; después, en 1911, se le construyó el palacio que ahora es el Museo Nacional de Arte (MUNAL); y finalmente, en 1953, el presidente Adolfo Ruíz Cortines le encargó al arquitecto Carlos Lazo Barreiro, titular de la dependencia, la construcción del Centro SCOP.
Él decidió construirlo en un terreno que se ubicaba en la colonia Narvarte, delimitado por las avenidas Xola, Niño Perdido (actualmente Eje Central Lázaro Cárdenas), Universidad y la calle Cumbres de Acultzingo. Justo donde estaba una obra negra de un hospital del IMSS, pero que fue abandonada por no tenerse los recursos suficientes para terminarse.
Ya habiendo escogido el lugar, Carlos Lazo llamó a sus compas Augusto Pérez Palacios y Raúl Cacho, quienes trabajaron con él en CU, para que se encargaran de la adaptación del viejo inmueble y lo agregaran al diseño del centro.
Después de un año, se construyó en un área de 92 mil 572 metros cuadrados, los edificios de las oficinas del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), y que incluían un supermercado, laboratorios, comercios y un hospital; además de una guardería, campos deportivos y 492 departamentos para sus trabajadores.
Pero aún faltaba algo: la decoración.
La historia detrás de los murales del Centro SCOP
Ahora sí les contamos la historia detrás de los murales del Centro SCOP: Como ya había trabajado con ellos en CU, precisamente en la Biblioteca Central, a Lazo Barreiro se le ocurrió que quedarían bien estas decoraciones en el nuevo lugar, por lo que invitó a los artistas Juan O’Gorman, José Chávez Morado, José Gordillo, Guillermo Monroy, Jorge Best, Arturo Estrada, Rosendo Soto y Luis García Robledo.
Se trataba de murales hechos con piedras de colores naturales y con temas sobre la historia de las comunicaciones y los transportes en México.
De hecho, igual contactó a los escultores Francisco Zúñiga y Rodrigo Arenas Betancourt para que agregaran sus obras, inaugurándose el Centro SCOP en 1954.
Los murales de Juan O’Gorman
Les hablaremos principalmente de la historia de los murales más grandes del Centro SCOP, los cuales pertenecen a Juan O’Gorman y José Chávez Morado.
Según Roberto Vallarino, en “Desde el azogue del autorretrato múltiple”, dentro del libro “Juan O’Gorman. 100 años: Temples, dibujos y estudios preparatorios”, de 1952 a 1953, el pintor se dedicó al proyecto de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas; una obra que siguió “los mismos principios” de la Biblioteca Central de CU.
Este mural, de acuerdo con Gloria Villegas, en “Los ‘éxtasis’ del pasado. La historia en la obra mural de Juan O’Gorman”, dentro del libro ya citado, se llamaría “Alegoría de México”, el cual cubriría tres mil 900 metros cuadrados.
Sin embargo, el resultado final no convenció al originario de la Ciudad de México, pues explicó que al tratar de imprimir en el edificio un “carácter mexicano mediante la aplicación de los mosaicos de vidrio sobre sus muros”, sólo consiguió “ponerle etiqueta mexicana a un producto de expresión extranjera”.
¿Cómo estaban conformados sus murales?
O’Gorman se encargó de los muros norte y poniente del edificio del Centro SCOP. En el primero, decidió que los temas fueran prehispánicos, como una pirámide en la parte inferior y un águila con las alas abiertas, en la cual colocó un chimalli.
Entre ambas figuras puso dos recuadros con marcos hechos con canales y serpientes, y en ellos desarrolló escenas prehispánicas y modernas, unidas en el segundo nivel por la leyenda “Unidad Nacional”.
Mientras que en la parte superior, a la mitad del muro, colocó dos recuadros dedicados a las “Comunicaciones” y a las “Obras Públicas”: en el primero, puso los canales que unían los barrios indígenas antiguos; en el segundo, representó edificios modernos.
Ambos los unió con una figura indígena, y sobre ellos trazó ríos con peces y caracoles que se convirtieron en pedestales de otro par de figuras: a la derecha, Cuauhtémoc, coronado por la representación simbólica de su nombre “un águila que cae”; a la izquierda, Emiliano Zapata y un estandarte con las palabras “Libertad” y “Tierra”.
Según Gloria Villegas, el mural “Alegoría de México”, “privilegia la historia prehispánica intentando vincularla con los tiempos modernos”.
Por otra parte, en el muro poniente, puso recuadros donde representa la modernidad: “Electrificación de México”, “Arquitectura Mexicana” y “Telecomunicaciones”; los cuales remató con la figura de Hidalgo y el estandarte de la Virgen de Guadalupe.
Los murales de José Chávez Morado
Según José Rizo, en el libro “José Chávez Morado: niño y pintor”, al pintor originario de Guanajuato le tocó hacer cuatro murales en las cuatro fachadas del edificio del Centro SCOP.
Además, de acuerdo con José de Santiago Silva, en el libro “José Chávez Morado. Vida, obra y circunstancias”, tanto este artista como O’Gorman escogieron la técnica del “mosaico mexicano” por su bajo costo y ser rica en textura.
En el caso de Chávez Morado, sus obras las dedicó a las culturas maya y mexica, así como a la historia del país, creando los siguientes murales: “Las comunicaciones y el mundo maya” y “Las comunicaciones y el mundo azteca” en el muro norte; “Las comunicaciones en la historia de México” en el muro este; y “La nacionalidad” en el muro oeste.
¿Cómo estaban conformados sus murales?
En el mural maya representó a un personaje que sostenía una plomada, símbolo de la construcción y la arquitectura. Ésto en una bóveda de la cual nacía una planta de maíz que formaba caminos.
En el mexica realizó un homenaje a Cuauhtémoc con guerreros que representaban las órdenes militares. Y arriba colocó el glifo “calli”, que significa casa o templo, y del cual surgían llamas que representaban “un pueblo tomado por las armas”.
Además representó a Tláloc, del cual salían ríos y caminos, y por donde pasaba una representación de Yacatecuhtli, dios de los comerciantes en la mitología náhuatl.
En su tercer mural desarrolló un grabado de Tenochtitlán conocido como “Plano de Upsala”. Mientras que abajo puso a Fray Bernardino de Sahagún con indígenas observados por Hernán Cortés.
También en éste trazó a la Malinche. Además, diseñó un mapa de México sostenido por cuerdas que soportaban una pluma de construcción, en la cual había un cartel que decía “Comunicación, instrumento de justicia social”.
Ya en el último mural, creó un árbol que separaba la superficie y el subsuelo, donde estaban los cadáveres de un campesino y un obrero; y abajo de ellos, hombres montando a caballo que simbolizaban la conquista española.
Luego ilustró a Hidalgo, Morelos, Juárez y Madero representando la Independencia, la Reforma y la Revolución. Y en la parte media del árbol dibujó un indígena; mientras que a la derecha, puso a un obrero y a un campesino dándose la mano, con la bandera rojinegra.
E incluyó un águila rompiendo una cadena y pozos petroleros representando la Expropiación Petrolera. Así como a una mujer que corona el árbol y de la cual nacen símbolos del viento, la lluvia y firmamento; rodeada por el sol, la luna, estrellas, nubes y angelitos barrocos.
¿Qué diferencias había entre los murales de O’Gorman y Chávez Morado?
En este mismo libro de José Rizo, en el apartado “Murales en el edificio del llamado Centro SCOP, Distrito Federal, 1954”, el mismísimo José Chávez Morado nos cuenta cuáles creía que eran las diferencias entre sus obras y las de Juan O’Gorman.
Según él, aunque ambos trabajaron el “mosaico mexicano”, plasmaron en sus murales ideas diferentes: “Mi experiencia en esta obra junto a Juan O’Gorman no puede de ninguna manera ser colectiva; nuestros criterios fueron distintos en todo”.
Por ejemplo, “él siguió con la limitación que desde la Ciudad Universitaria se fijó de sólo agregar a los colores naturales de las piedras el azul del vidrio”, mientras que Chávez Morado afirma que amplió los recursos cromáticos con pedacería de cerámica industrial, con o sin esmalte.
¿De dónde nacen sus diferencias? Él pintor guanajuatense responde: “Y todo este cúmulo de diferencias tiene un origen: Juan ‘adornó’ sus muros con listones y motivos de carácter folklórico o arqueológico que envolvían a las figuras que incluyó, todas estáticas; en cambio, en las grandes superficies que me tocó decorar, yo busqué hacer composiciones dinámicas y unitarias, usando pocos elementos obviamente decorativos“.
Pero a pesar de los dos modos distintos de volver “interesante a la arquitectura con elementos plásticos”, a Chávez Morado le parecía que sus obras y las de O’Gorman convivían sin crear conflictos y sin que el espectador se diera cuenta de las diferencias.
Los sismos afectaron los murales del Centro SCOP
Ya para acabar, además de hablarles de la historia que hay detrás de los murales del Centro SCOP, queremos decirles que tanto el sismo de 1985, como el de 2017, afectaron estas enormes obras artísticas.
Sí, aunque les explicamos mejor este tema en la otra parte de este reportaje, nos parece importante mencionar que el terremoto del 19 de septiembre de 1985 provocó el derrumbe de los últimos tres pisos del Edificio B, por lo cual, los murales del remate de este inmueble quedaron destruidos totalmente; mientras que los de su cabecera norte, de Juan O’Gorman, fueron afectados parcialmente.
Según El Mirador, aunque algunos lograron reconstruirse, con otros lamentablemente no se pudo, ya que perdieron su sentido al no restituirse en su totalidad.
Y luego vino el sismo del 19 de septiembre de 2017, el cual provocó la inclinación del Edificio A y un daño más grave en todas las estructuras del conjunto. Aunque las esculturas no resultaron afectadas, no pasó lo mismo con los murales de José Chávez Morado y Juan O’Gorman…
¿Qué pasará con los murales del Centro SCOP? Acá les contamos: