Por Olympia Ramírez Olivárez
Sin haber tenido una educación musical formal, Lol Tolhurst se convirtió en uno de los fundadores, junto con Robert Smith y Michael Dempsey, de The Cure, banda ochentera de rock post-punk. Después de una dura lucha contra el alcohol, Tolhurst dejó la banda en 1989.
Con motivo de la traducción al español de Jordi Amor de su libro Cured (publicado por Malpaso) tuve la oportunidad de platicar con Tolhurst sobre estas memorias, en las que se cuenta el origen de la agrupación, sus dificultades como adolescentes, el descubrimiento de la música de los setentas, el encuentro con las adicciones y su futuro musical.
– Olympia Ramírez Olivárez: Al principio del libro estableces que existe una diferencia entre memorias y autobiografía. De acuerdo contigo, ¿en qué son diferentes? y ¿por qué elegiste escribir unas memorias y no una autobiografía?
Lol Tolhurst: Principalmente porque soy un investigador terrible. Si no me gusta, no quiero hacerlo. Me gusta contar historias, eso es realmente lo que quiero hacer. Me gusta contar historias. Entonces, el problema con decir “¡Voy a hacer una autobiografía y va a ser de The Cure!” es que me pone mucha presión de poner cada pequeño hecho correctamente y tal como debe ser. Y también creo que las autobiografías son, para mí, hechos más factuales, no son tan entretenidas, no son historias. Las memorias, por el otro lado, yo las amo porque ¿quién dice que la vida de alguien no es una historia entretenida? Yo amo las memorias de cualquiera porque es la historia de su vida y de sus sentimientos. Eso es lo que quería transmitir, es lo que quería expresar.
– ¿Considerarías la amistad entre los integrantes de The Cure, en especial con Robert, la esencia de la banda?
Sí. ¡Claro que sí! No hay otra cosa que puedas señalar para decir que eso es The Cure. Una cosa que aprendí es que todas las bandas buenas generalmente son por la química entre sus integrantes, su interacción. No es de tener el mejor guitarrista ni el mejor baterista. Si no tienes personas que simpatizan entre sí, no funcionará. Nosotros fuimos adolescentes juntos, adolescentes en un tiempo y en un espacio determinado, con actitudes muy parecidas y problemas similares. La música tenía que venir de ahí.
– ¿Cómo el crecer en Crawley afectó el estilo de The Cure?
De una buena manera, yo creo que fue bueno porque nos hizo enfocarnos en hacer cosas buenas. Conozco a unos amigos que vivían cerca de Londres y tenían sus bandas que con tantas cosas que se pueden hacer y cosas que pueden suceder ahí pueden disipar las cosas. Vivir en Crawley, lo que era muy aburrido, a ratos peligroso, nos hizo concentrarnos desde los dieciséis hasta los diecinueve. Tres veces a la semana íbamos a casa de Robert a practicar y a ensayar como tres horas. Casi no salíamos. Nos concentrábamos en eso.
– ¿Entonces ensayaban covers o ya comenzaban a crear su propia música?
Nosotros empezamos haciendo covers y tratando de encontrar algunas canciones que pudiéramos tocar, como todo el mundo porque así es como aprendes. Escuchas a gente que te gusta e intentas tocar lo que ellos tocan. Pero rápidamente, como en un año, nos dijimos que podíamos hacer nuestras propias canciones y comenzamos a escribirlas. Las primeras canciones que creamos eran terribles (ríe), eran espantosas; pero recientemente escuché algunas de ellas y no son tan malas como pensé. Creo que ahora a la gente les gustaría nada más por el hecho de ser históricas. Pero, sí, gradualmente fuimos poniendo [en las presentaciones] nuestras propias canciones hasta que nadie se daba cuenta de que estábamos tocando sólo nuestras canciones.
– ¿Cómo fue el paso de ser señalado como el raro de los límites de Londres a ser reconocido como músico de una de las grandes bandas de los ochentas?
¡Maravilloso! (Ríe.) Principalmente porque, como se lo mencioné a alguien el día de hoy, en Crawley sólo hay un periódico y el año pasado, cuando publiqué mi libro, quisieron poner eso y escribir de eso, pero no están muy contentos conmigo. Así que el encabezado del periódico era: ÉL ODIA ESTA CIUDAD PERO NOSOTROS TODAVÍA LO AMAMOS. No es verdad que odie ese lugar, es sólo que me di cuenta de que era sólo el cataclismo para hacer algo bueno.
– Tú has afirmado que dejar The Cure salvó tu vida. ¿Cómo fue ese proceso?
Cuando me fui y todo eso pasó, probablemente tuve como seis meses en los que todavía estaba muy enfermo. Entonces fui a ver a un psiquiatra que me persuadió de desintoxicarme, en Londres. Y luego de ahí fui a un lugar de rehabilitación como por seis semanas y finalmente encontré cuál era mi problema y qué era lo que estaba mal conmigo. Una vez que hice eso, salí y la vida fue muy diferente Ha sido muy diferente desde entonces. No lo sé, todas esas cosas… es que fue necesario. No lo pensé en su momento, pero ahora me doy cuenta de ello: no estaría ahorita vivo.
– Cuando comenzaban, ¿estabas consciente de tus aportaciones a la banda? Las decisiones que tomaste con la batería, ¿eran pensadas teóricamente o lo hacías porque sonaban bien?
Eran ambas. Una vez que empezamos en Londres ya teníamos control de lo que estábamos haciendo. Empezamos a pensar en música de la gente que nos gustaba y cómo esas canciones nos afectaban. Comenzamos a acercarnos a las personas que trabajaban con nosotros, el ingeniero o de quien se tratara, y entonces le decíamos que si se podía hacer que la música sonara así. Teníamos un touchstone, algo que todavía conservo. Si estoy haciendo un álbum en la actualidad, pienso en qué álbum me gustó en el pasado que podría, no copiar, pero sí darme inspiración.
– ¿Por qué escribiste hasta ahora tus memorias?
Porque ahora tengo perspectiva. Ha pasado mucho tiempo. He estado haciendo este tipo de tour desde que el libro salió a la venta, en 2016. Se ha presentado en muchos lugares; en Long Island, Nueva York, y fui a esta librería muy grande. Justo antes de ir ahí, vi a muchas adolescentes en la calle e iban hablando de un autor con quien acababan de conversar, un famoso de YouTube. Él escribió sus memorias, ¡y tenía diecinueve! Me dije a mí mismo: “¿Qué diablos? ¿Qué clase de vida puedes tener a los diecinueve?” Es una locura. Debes tener cierto tiempo para tener perspectiva y realmente comprender lo que sucedió en vez de escribir sólo una reacción.
– ¿Crees que el punk y el rock están muriendo en la actualidad?
Creo que el método de percibirlo ha cambiado. Absolutamente. Spotify. Toda esa gente han cambiado todo. Y no creo que sea para algo mejor, creo que es mucho peor. Hay gente joven, bandas jóvenes, que están tan comprometidas y tan integradas y tan artísticas, es algo que siempre va a estar ahí porque es una necesidad del ser humano el expresarse, no puedes sólo erradicarlo. En ese sentido, tal vez no está muerto, sólo está dormido.
– Finalmente, ¿podrías decirnos si estás creando más música?
Bueno, sí. Con alguien muy famoso de otra banda de la misma época que yo, pero no te voy a decir quién es porque lo voy a guardar como top secret hasta marzo.
– ¿Podrías decirnos un poco sobre qué esperar de ese proyecto?
Ok. Eso sí te lo puedo contar. Lo que quiero hacer es regresar un poquito a la gente que fue mi influencia, la gente que admiré mientras crecía. Queremos hacer una versión de eso con la influencia de lo que ambos creamos y cómo nosotros hicimos las cosas, pero en una versión nueva para la gente. Entonces va a ser algo muy diferente, la gente no va a esperarlo. No van a pensar “¡Oh, estos tipos son de estas bandas!”, no. Nada de eso. Cumplí sesenta este año y fue genial porque pensé que era el tercer acto y que podía hacer lo que yo quisiera, ser quien yo quisiera, podía ser más relajado. Cuando eres joven todo parece muy imperativo; tienes que hacer esto, esto y aquello. Entonces me di cuenta de que puede ser verdad, pero también es verdad que puedes sólo disfrutar ciertas cosas, tomarte tu tiempo y divertirte.