Lo que tienes que saber:

Desde hace años Haití está sumergida en la violencia generada por las pandillas, que ganaron terreno gracias al financiamiento... de las mismas autoridades.

En Coatzacoalcos, una familia migrante de Haití busca registrar a su bebé, que nació en tierras jarochas, como mexicano. Y para hacerlo ha pedido la ayuda de las autoridades mexicanas. Se trata de uno de muchos casos de personas migrantes que han cruzado Centroamérica, huyendo de la violencia generada por las pandillas haitianas.

Entre otros graves problemas como la pobreza, desnutrición y el legado de corrupción de los mismos gobiernos de Haití.

Foto: Getty Images

Si bien en esta nota les contamos qué pasaba en Haití en 2022, la violencia generada por pandillas ha ido creciendo, a tal punto que cientos de personas marcharon, el 8 de agosto, en Puerto Príncipe para exigir un alto a esta situación.

Entonces, por acá aprovechamos este texto para contarles qué está pasando con las pandillas en Haití, en 5 puntos no tan clavados.

5 puntos sobre las pandillas en Haití

La situación en Haití

Arrancamos con la situación actual de Haití: en aquel país los secuestros y ejecuciones ya forman parte del día a día de la gente.

Una situación terrible que se traduce en alrededor de 300 secuestros confirmados en lo que va de este 2023 o en el registro de más de mil 600 asesinatos, tan sólo de enero a marzo.

Foto: Getty Images

Para la gente allá en Haití la seguridad es insostenible. O tiene encima a las pandillas —cometiendo secuestros, violaciones, robos y amenazas— o está bajo el control de una especie de policía civil, tipo autodefensas, que igual termina cometiendo robos y secuestros.

La vida en Haití se desarrolla entre las pandillas, las guerras entre estos grupos, la pobreza y la corrupción de las autoridades que, precisamente, alimentaron el crecimiento de las pandillas.

Que dicho sea de paso, desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, tomaron el control de la capital Puerto Príncipe.

¿Por qué las pandillas crecieron tanto en Haití?

Para responder tenemos que irnos unos años atrás. Justo desde que Jovenel Moïse llegó a la Presidencia en Haití en 2017.

Y es que si bien las pandillas han proliferado en Haití y su situación política, económica y social no ha sido la más estable —desde su independencia, pasando por la invasión de Estados Unidos en 1915 o las intervenciones fallidas de grupos de “paz” de la ONU hasta nuestros días— la cosa se agravó en los últimos años.

Foto: @UNHaiti

Basta saber que después de que Moïse fuera presidente, las pandillas haitianas ganaron un buen de impulso, porque políticos y autoridades las vieron y financiaron como una herramienta de represión.

Sí, para reprimir a la ciudadanía que protestaba contra la corrupción. Y de esta manera, las pandillas fueron ganando terreno, a tal grado que después del asesinato del presidente, llegaron a controlar el 80% de Puerto Príncipe, mientras que las autoridades no hacían nada para detenerlas.

De hecho, a la par surgieron policías civiles —tipo autodefensas— para hacer justicia por su propia mano.

Pero, al final, estos grupos terminaron cometiendo los mismos delitos que las pandillas —que, como los cárteles en México, ahora pelean por territorios y el control de las zonas.

Foto: Google Maps.

En este contexto, el secuestro se ha convertido en la fuente de ingresos más importante de las pandillas —junto con los financiamientos “externos”.

La masacre de Puerto Príncipe en 2018

La masacre de Puerto Príncipe en 2018 ha sido una de las consecuencias de la presencia de pandillas en Haití.

Se ha quedado en la memoria colectiva, pues se trató de una serie de ataques indiscriminados contra la población, en contexto de los enfrentamientos entre pandillas locales, sí, pero también de la participación de las autoridades.

¿Cómo? Les contamos que las autoridades vieron en las pandillas una herramienta para reprimir las protestas y el caso de Puerto Príncipe no fue la excepción.

“Un soldado patrulla el área cerca de la comisaría de Petion Ville donde la gente protesta tras el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moise el 8 de julio de 2021”. Foto: Richard Pierrin-Getty Images.

De acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, esta masacre fue algo más que un enfrentamiento por el control de la zona.

Según la información de Estados Unidos, estos ataques fueron organizados por funcionarios de Haití, que facilitaron las armas y los recursos a las pandillas con el objetivo de “castigar” las zonas donde habían brotado las protestas contra el gobierno.

Jimmy Cherizier

Apodado como Jimmy Barbecue (Barbacoa), este expolicía es uno de los rostros más conocidos de la violencia generada por las pandillas en Haití.

Y es que Jimmy Cherizier es el líder de la G-9, una alianza de pandillas considerada como de las más peligrosas en aquel país.

A la que le atribuyen decenas de casos de violencia como el desabasto de combustible generado por los bloqueos del G-9 —todo a raíz de que el primer ministro Ariel Henry anunció que el gobierno ya no iba a subsidiar la gasolina.

En su defensa, Cherizier se autodefine como un revolucionario, pero los hechos son otros, ya que durante el tiempo en que estuvo en la Policía participó en operativos violatorios de los derechos humanos y ejecuciones.

Y hoy en día se ostenta como un líder político, a la par del mismo gobierno de Haití.

(Para cacharlo, basta saber que las pandillas controlan casi a todo el país y en muchas zonas ya hasta tienen su propio “gobierno” y sus propias leyes. De hecho, son las que controlan servicios como la luz o se encargan de las escuelas).

La ONU, sus broncas y Kenia levanta la mano

Y llegamos con la ONU. Desde hace un buen rato la Organización de las Naciones Unidas ha intentado organizar —junto con Estados Unidos— una misión para garantizar la seguridad en Haití.

Pero hasta el momento no ha tenido éxito. En parte, porque en Haití la gente desconfía de la ONU y lo que pueda hacer, a raíz de que en 2017 los grupos de paz de Naciones Unidas introdujeron el cólera y fueron responsables de violaciones sexuales contra niñas y adolescentes.

Y, por otra parte, está el hecho de que ningún país se ha interesado por intervenir en Haití.

Hasta que Kenia levantó la mano. Sí, esta nación africana ofreció enviar mil policías para ayudar a la policía haitiana.

Sin embargo, como ha pasado con la ONU, la propuesta de Kenia —que se interesó en el tema y levantó la mano porque ya ha enviado a su policía a Somalia o la República Democrática, como fuerzas de apoyo de la paz— también genera dudas entre la población, que pide una intervención contundente contra las pandillas.

Y mientras la ONU decide de qué manera puede ayudar a Haití, la gente sigue sumergida entre la violencia, secuestros, amenazas, la pobreza y el desplazamiento —que ha hecho que cientos lleguen a tierras mexicanas como es el caso de la familia cuyo bebé nació en Coatzacoalcos.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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