“Si lo sabe Dios, que lo sepa el mundo” es la que aplicó el obispo de Chilpancingo, Guerrero, Salvador Rangel, al, sin empacho, señalar que el gobernador, Héctor Astudillo, ya tiene pactos con algunos líderes delincuenciales.
¿Y entonces por qué la situación en la entidad sureña sigue igual o peor? Bueno, de acuerdo con el prelado, el asunto se debe a que, aunque ya hay arreglos, en la violencia hay un negocio que les deja buenas ganancias a ambas partes.
Por debajo de la mesa ya hay arreglos. El gobierno y las bandas delincuenciales ya se entienden, sólo que públicamente no lo quieren decir. La violencia sigue porque no la quieren aplacar, porque esto del narcotráfico es un gran negocio a nivel nacional y ni modo que los de Guerrero sean almas puras”, cita Proceso al obispo.
Claro que el supuesto arreglo fue desmentido por el gobernador, quien aseguró que no quiere entrar en polémicas con el obispo, por lo que intentará arreglar las cosas en privado (así como con el narco). “De ninguna manera acepto algunas cosas que señaló el obispo Salvador Rangel, pero creo que a lo mejor pueden ser magnificadas o tergiversadas y hasta ahí me quiero quedar”, comentó el mandatario al ser entrevistado por una estación de radio local.
Y a todo esto, ¿cómo sabe el obispo de esos arreglos?
Bueno, hace unos días Reforma dio a conocer que Salvador Rangel se ha reunido con varios grupos delictivos de la región. Además de pedirles que ya le bajen a su furia, el religioso les solicitó que dejen de amenazar sacerdotes. De estas reuniones –que sirven para evidenciar que las autoridades nomás se hacen “pato”, porque bien que es fácil dar con los líderes de grupos criminales– las cúpulas empresariales de Guerrero ya tienen conocimiento… incluso las ven con buenos ojos.
“El Obispo está cumpliendo con su labor pastoral de buscar los caminos para que en Guerrero la gente pueda caminar por las calles en forma tranquila”, comentó para Reforma el líder de la Coparmex en la zona centro de Guerrero, Adrián Alarcón.
Pero bueno, no porque la iglesia ya entró al quite, se piensa quitar responsabilidades a las autoridades competentes. De hecho, en los próximos días, tanto la Coparmex como el obispo solicitarán audiencia con los tres niveles de Gobierno para exigir la modificación de las estrategias de seguridad. Al fin que ellos ya tienen uno y pretenden presentarlo.