El lunes te contamos que Estados Unidos y otras 29 naciones habían reunido a sus representantes en París para decidir las acciones que tomarán para luchar contra el Estado Islámico (ISIS) en el califato que la organización extremista proclamó en un territorio que abarca zonas de Irak y de Siria. El día de hoy, los ataques no estadounidenses han comenzado: Francia ha realizado esta mañana una serie de bombardeos sobre el territorio del califato. Por su parte, Estados Unidos ha confirmado que entrenará tropas Sirias para enfrentar al grupo en aquel país.
El conflicto en Irak y Siria es muy delicado y, junto al conflicto en Ucrania, es uno de los escenarios donde se juega el equilibrio de fuerza entre Estados Unidos y Rusia, cuya relación se encuentra en la más peligrosa tensión desde la Guerra Fría.
Lo que resulta diplomáticamente problemático en el caso del enfrentamiento contra el Estado Islámico, es que el grupo fundamentalista ha decidido reclamar territorios tanto sirios como iraquíes. El gobierno sirio es aliado de Rusia, mientras que el gobierno de Irak es aliado de Estados Unidos. Por este motivo, Vladimir Putin advirtió a Estados Unidos que no permitiría que ataque el territorio sirio sin justificación, es decir, sin su permiso.
Es por esto que la administración estadounidense prefirió no asumir toda la responsabilidad en su ataque al Estado Islámico y convocó a otros países a tomar cada uno un papel determinado en el asunto. Tampoco se quedó atrás en el reclutamiento de estados árabes que lo respaldaran en la región.
Arriba: un mapa que muestra la presencia de ISIS en Irak y Siria. Los puntos negros representan ciudades bajo el control de ISIS y los morados, ciudades con presencia curda, una minoría étnica acosada por el fundamentalismo. Las zonas rojas conforman el actual califato del Estado Islámico
Tras meses de muertes en Irak a manos de ISIS, el gobierno de Obama decidió atacar al grupo luego de que éste pusiera en riesgo sus reservas petroleras. Aún entonces, Estados Unidos retrasó deliberadamente su intervención en ese país porque el peligro en que se encontraron los energéticos de la región tuvo como efecto el aumento en el precio del petróleo en el resto del mundo, situación que los grandes corporativos occidentales aprovecharon al máximo.
Por su parte, Rusia también ha detenido su apoyo a Siria. Todo parece indicar que la estrategia de Putin consiste en esperar a que Estados Unidos o algún aliado cometa un error en la frontera de aquel país para levantar acusaciones en su contra a nivel internacional. El pretexto no tardará en llegar: hoy mismo, el congreso estadounidense aprobó un proyecto para que su ejército entrene a sirios para enfrentarse a ISIS.
¿Pero a qué sirios entrenará precisamente? Durante el año pasado, el uso de armas químicas contra ciudadanos en Damasco, la capital siria, levantó la polémica internacional. Mientras Estados Unidos acusó al gobierno de Bashar al Assad de iniciar el ataque, Rusia, por su parte, acusó a los grupos rebeldes islamistas del país. Ahora bien, Siria contaba entonces con muchos grupos rebeldes derivados de organización disueltas como Al Qaeda (ISIS incluido) y otros menos radicales. Justamente, es a esos grupos disidentes musulmanes menos radicales que Estados Unidos entrenará junto a tribus kurdas.
Esta no es la primera vez que Estados Unidos y sus aliados entrenan a grupos guerrilleros en medio oriente para enfrentarse a organizaciones que han logrado hacerse con el poder. Basta recordar el caso del grupo Hamas, en Palestina, a quien Israel y Estados Unidos dieron apoyo para vencer a otras organizaciones fundamentalistas en la región. No obstante, el grupo se convertiría en el enemigo más tarde.
Por su parte, Francia, que atacó Irak esta mañana con dos cazabombarderos que despegaron desde Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos, anunció que su ofensiva se centrarán en Irak.
De esta manera, se perfila la estrategia internacional contra el Estado Islámico. Resta conocer las medidas que Rusia tomará al respecto.