Los que saben dicen que, si es que se llega a armar con más intensidad la guerra comercial, en la historia quedará marcada la medianoche de ayer, momento en que Estados Unidos activó los aranceles contra productos de China, a los cuales, el gobierno de Xi Jinping ya vislumbra poderosas respuestas.
La administración de Trump estableció aranceles del 25% a 818 productos procedentes de China, los cuales suman, aproximadamente, una cifra de 34 mil millones de dólares en importaciones. Pero el gobierno de Xin Jinping no se quedará así y tuvo una rápida respuesta, casi de la misma intensidad que la estadounidense.
¿Podría ser condescendiente China? Quizás… Estados Unidos decidió dejar fuera del listado de productos con nuevo gravamen a los artículos que compran las familias norteamericanas (teléfonos celulares y aparatos electrónicos)… sin embargo, no por eso dejarán de sentir el rigor, ya que muchas de las industrias norteamericanas trabajan con componentes chinos afectados. ¿Cómo cuáles? De acuerdo con El País, los aranceles aplican a materiales de la industria aeroespacial, tecnológica, de las tecnologías de la información y comunicación, robótica, maquinaria, etcétera.
Según se especula, los productos estadounidenses que serán blanco de los aranceles chinos podrían ser agrícolas. Como ya se mencionó, se desconoce a qué productos se aplicaron las tasas, el valor total que suman ni tampoco de qué porcentaje son. “No queremos una escalada de fricciones comerciales (…) una guerra comercial no beneficiará a nadie”, señaló Lu Kang.
Antes de imponerse los aranceles norteamericanos, China y Estados Unidos sostuvieron varias mesas de negociaciones. Evidentemente fracasaron. El resultado es el que ahora conocemos y, de hecho, el gobierno de Trump ya conoce cuál es la respuesta de China. “Las autoridades estadounidenses a todos los niveles son plenamente conscientes de la posición china”, apuntó Kang, sin aventurarse a especificar si Trump ha entrado en contacto recientemente con Xi Jinping.