Como nunca antes y con tanta vehemencia, Javier Duarte (Javidú pa’ la banda) se había encomendado tanto a Ricardo Arjona… o a cualquier deidad hechiza de Guatemala. ¿Por? Ah pues porque serán las autoridades del vecino país del sur las encargadas de dar (o no) chance de que las mexicanas atoren al exgober veracruzano por delitos electorales y (tsssssss) desaparición forzada.
De acuerdo con Animal Político, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) solicitará al gobierno de Guatemala la autorización para aprehender a Javidú por su probable responsabilidad en delitos electorales, así como por el delito de desaparición forzada. Por ambos cargos el rechoncho exmandatario ya cuenta con órdenes de aprehensión, sólo que éstas se encuentran detenidas en su ejecución…
¿Lo mismo para desaparición forzada? En el caso de este delito, no pudo ejecutarse la orden de aprehensión debido a que la cláusula de especialidad del tratado de extradición indica que una persona extraditada sólo puede ser procesada por los delitos por los cuales se pidió su entrega… y como Javier Duarte fue entregado por los guatemaltecos por sus transas contra el erario jarocho, pues no se ha podido arremeter legalmente por otro delito.
Javidú ya siente pasos
Aunque la aplicación de la justicia no es el fuerte de las autoridades mexicanas, Javidú siente pasos. No por nada ha intentado ampararse para evitar ser investigado por el delito de desaparición forzada. Según indica Proceso, su primer intento de blindaje ocurrió en mayo pasado. Sin embargo, el juez federal le dijo nel y, ahora, el exgobernador jarocho va por su segunda intentona. No le hace que por delante tiene acusaciones por delincuencia organizada, lavado de dinero, peculado, tráfico de influencias y risitas siniestras…
Por cierto, hoy vence el plazo para que la PGR presente la investigación complementaria para machacar a Duarte por los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero. Lo que seguirá será una audiencia en la que cada parte presentará sus pruebas, con el objetivo de que se determine si se armó un caso que amerite juicio. A ver qué pasa.