Aunque muchos creyeron fervientemente que la detonación registrada en la Conferencia del Episcopado Mexicano se trató de una explosiva revelación del espíritu santo y la propia iglesia consideró que nadie en su sano juicio tendría motivos para arremeter contra los curitas, pues resulta que un grupo se adjudicó el ataque, revelando que sí la trae contra los clérigos.
“Después de medianoche… El 25 de julio de 2017 colocamos un artefacto explosivo hecho con dinamita, gas LP y butano en la Conferencia del Episcopado Mexicano, ubicada en Calzada de los Misterios 26, Tepeyac Insurgentes, CDMX”.
El grupo denominado “Comando Feminista Informal de Acción Antiautoritaria Coatlicue” dejó en la página de internet Contra Info un breve mensaje que apunta a que su ataque se debe a prácticas delincuenciales que – considera –son ejercidas por la iglesia bajo el amparo de la religicón: “nI DIOS nI AMO! Por cada tortura y asesinato en nombre de su Dios! Por cada niÑx ultrajado por los curas pederastas! En la tensión anárquica insureccional!” agrega.
La sede de la Conferencia Episcopal Mexicana ha sufrido un atentado con bomba molotv de 3 cilindros.Creo que eso refleja la situación de Mex pic.twitter.com/YTtPq3HoBJ
— Mons. Ramón Castro (@MonsRamonCastro) 25 de julio de 2017
De acuerdo con el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) el grupo Coatlicue se ha adjudicado otros ataques de similar manufactura perpetrados en la Ciudad de México. “Como el de Petrolera EXXOM, el del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México, el de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, el de Sacmag de México, y una sucursal de Banco Santander, entre otros”, señala.
Sobre este caso la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México ratificó que los daños que sufrieron las instalaciones del CEM fueron ocasionados por la explosión de un artefacto de fabricación casera. Por si quieren la receta, la propia PGJ apuntó que los ingredientes fueron un extintor, pólvora, cinta adhesiva y una mecha.
Como bien señala el SIAME, las sustancias que la PGJ señala que fueron utilizadas para la elaboración del artefacto explosivo no coinciden con las que refiere el grupo Coatlicue.