El día de ayer, 13 de mayo, siete periodistas fueron despojados de su equipo de trabajo y vehículo por un grupo de aproximadamente 100 hombres armados y drogados en el municipio de Acapetlahuaya. Les quitaron una camioneta en la que iban y sus instrumentos de trabajo –celulares, cámaras, computadoras y documentos personales– además de tarjetas bancarias y efectivo.
Los periodistas que sufrieron el atraco fueron Ángel Misael Galeana, de Grupo Imagen; Yahir Cabrera Torres, colaborador de la Jornada Nacional; Hans Musielik, periodista independiente de origen Alemán y colaborador de ViceNews México; Jorge Alberto Martínez Dionicio, de la agencia Quadratín Guerrero; Sergio Ocampo Arista, corresponsal de la Jornada Nacional y conductor de noticias en Radio UAGro; Pablo Pérez García, periodista español de Hispano Post, y César Alejandro Lorenzo Ortiz, corresponsal del portal Bajo Palabra y W Radio.
La Jornada informó que la agresión tuvo lugar en un bloqueo instalado por supuestos integrantes de La familia michoacana. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) condenó enérgicamente los hechos y les otorgará el acompañamiento.
El grupo de periodistas se encontraba cubriendo un operativo de las autoridades federales y estatales en San Miguel Totolapan, en la zona de Tierra Caliente en Guerrero. Pudeiron regresar a Chilpancingo gracias a que les dejaron un segundo vehículo en el que iban.
Alejandro Ortíz, periodista de Bajo Palabra, declaró:
Nos bajaron de las camionetas, incluso encañonaron a algunos de nuestros compañeros, nos dijeron que les diéramos todo lo que trajéramos, cámaras, celulares, credenciales. Las cosas se pusieron tensas, un joven de al rededor 17 años nos dijo que nos dieran una camioneta y que nos fuéramos o que nos quemaban a todos en las camionetas. Ante la actitud decidimos tomar la camioneta, nos subimos todos para salir del lugar, informó Somos el medio.
El menos este grupo de periodistas vivió para contarla. Sin embargo, este lamentable hecho nos recuerda una vez más la falta de libertad de expresión y la amenaza continua con la que el periodismo se enfrenta a diario en este país.
