Si el clima continúa calentándose de la manera que lo ha hecho hasta ahora, Groenlandia podría dejar de ser una zona glaciar para convertirse en un territorio que le haría honor a su nombre en inglés: Greenland, tierra verde. De acuerdo con científicos estadounidenses, la gélida isla se está derritiendo por las altas temperaturas y debido a la tibieza de los océanos, Groenlandia se está derritiendo desde abajo, señala la revista Wired.
Los expertos tienen mediciones sobre cómo el hielo se derrite debido al aire más cálido y ahora, gracias a unas sondas que asemejan un torpedo, pueden conseguir mejores cifras sobre el hielo que ha sido derruido por la temperatura del agua. Esos submarinos son parte de un programa de la NASA llamado Oceans Melting Greenland.
Según el equipo de científicos, los glaciares se vuelven más grandes tras el paso de las nevadas, pero se resquebrajan y disminuyen por la radiación solar y el contacto con agua caliente de los océanos: esta amenaza para Groenlandia no está en la superficie oceánica, sino en aguas profundas.
La explicación de este fenómeno es que las corrientes más calientes provienen del Atlántico, que tiene altos índices de salinidad, lo cual las hace más densas que las que vienen del océano Ártico, de una temperatura más fría. Josh Willis, un especialista climático de la NASA asegura que el problema es que la localización y profundidad de estos fiordos submarinos no han sido bien trazadas.
Willis y su equipo han pasado las últimas cinco semanas volando hacia la costera de Groenlandia y lanzando las sondas-torpedo-drones llamados GISTI, equipados con tecnología AXCTDS a.k.a. sensores de medición de temperatura y profundidad.
Las sondas trabajan en equipos: uno va a las profundidades para medir la salinidad y temperatura, donde la corriente de agua profunda y cálida está, mientras que el otro se queda en la superficie transmitiendo la información del drone bajo el agua hacia el avión donde está el equipo de investigadores.
La misión OMG (por sus siglas en inglés) durará cinco años y observará los cambios inducidos en las capas glaciares por la temperatura oceánica. Antes de este esfuerzo, sólo se conocía el comportamiento del glacial marino a través de imágenes satelitales y encuestas a pescadores.
Hasta ahora la investigación ha arrojado algunos resultados: los científicos aseguran que los niveles de agua cálida son mayores a los que esperaban, y casi en todos las aguas profundas encontraron interacción de la corriente proveniente del océano Atlántico. Según los expertos, si los glaciares de la isla se derritieran, los niveles globales del mar subirían alrededor de 20 pies.