El periodista de los diarios Notisur y Liberal del Sur fue encontrado sin vida el 11 de febrero de 2014, en el municipio de Las Choapas, a unos metros de una supuesta casa de seguridad. Señalando que su asesinato no estuvo vinculado con su trabajo periodístico, las autoridades veracruzanas rápidamente detuvieron a cinco personas, una de ellas la supuesta autora intelectual del asesinato: Teresa de Jesús Hernández Cruz.
Aunque las autoridades señalan que el plagio y asesinato de Jiménez fue debido a una “venganza personal”, más allá de esto, la viuda del reportero de sucesos criminales locales, acusa que su esposo recibió amenazas de su vecina, debido a una nota escrita por el periodista bajo el seudónimo de El Pantera. Simplemente reportó que uno de los clientes del bar “El Palmar” fue apuñalado al salir del local.
“Ella dijo que lo iba a mandar matar por la nota, de hecho lo cumplió, que es lo que (las autoridades) más quieren ver, que más, si la nota salió, lo amenazan de muerte y mi esposo fue asesinado de la peor manera”, acusó Carmela Hernández, viuda de Jiménez.
Por ser dueña del mencionado bar, Hernández Cruz habría pagado 20 mil pesos por la muerte del periodista. Pese a esto, las autoridades veracruzanas -en su afán de colocar a la entidad como lugar ideal para el ejercicio del periodismo- se limitaron a calificar el asunto como “un problema de carácter familiar”, según la vocera del gobierno veracruzano, Gina Domínguez. Una vez desahogadas las líneas de investigación (incluida la de su ejercicio periodístico), las autoridades determinaron que todo apuntaba a una “diferencia personal”.
La respuesta de las autoridades hizo que organizaciones como Amnistía Internacional y Artículo 19 demandaran que, en la investigación del homicidio, se tomara en cuenta el trabajo periodístico de Jiménez. Sin embargo, el caso ya estaba bien armado.
“Al parecer tenían problemas, eran vecinos, ella tenía un bar (…) el oficio del periodismo en Veracruz, no solamente se respeta, sino que se fomenta totalmente la libertad de expresión (…) la pérdida de nuestro compañero Gregorio no tiene nada que ver con el oficio que tan dignamente desempeñaba”, sentenció Erick Lagos, secretario del gobierno estatal, en entrevista para CNN.
