David Choe fue contratado en el año de 2005 a que pintara las recién abiertas oficinas de Facebook. El dueño en aquel momento de la página, Sean Parker, le ofreció pagarle con dinero o con acciones. El grafitero prefirió lo segundo.
Ahora, a unos meses de que las acciones de la página sean puestas en venta en Wall-Street, la paga del graffitero le podría dejar alrededor de 200 millones de dólares.
Choe en ese momento pensó que la forma de paga que le habían dado “probablemente era estúpida y sin sentido”.
Sin embargo, el graffitero se une a los otros mil empleados de Facebook que también poseen acciones de la página, y próximamente se volverán multimillonarios.
Facebook entrará a Wall Street con un valor de 100 billones de dólares, si las predicciones de expertos son correctas.