Parece que poco a poco las cosas vuelven a la normalidad. Al menos en algunos aspectos y en algunas personas. El sismo magnitud 7.1 despertó en la mayoría una urgencia por ayudar a nuestra comunidad. Rápidamente muchos se movilizaron. Acudieron a los sitios con edificios derrumbados a buscar sobrevivientes y remover escombros; compraron abarrotes, productos de higiene personal y medicamentos para destinarlos a las personas afectadas; dieron raite a quienes quedaron varados; ofrecieron asistencia psicológica, o un abrazo, a quienes estaban perturbados y lo necesitaban. Todos ayudaron en la medida de lo posible. En la Ciudad de México, en Morelos, en Puebla, en el Estado de México, en Chiapas y Oaxaca.

La solidaridad y fraternidad han sido el común denominador entre los mexicanos desde el pasado 19 de septiembre. Al menos en la gran mayoría.

Digo que las cosas han vuelto a la normalidad, en algunos casos, porque ni en estos momentos de crisis ciertas personas dejan de pensar en sí mismos y en cómo sacar beneficios de la tragedia. Ayer, 21 de septiembre, surgieron varias denuncias, a través de redes sociales, respecto al cuestionable manejo que el Gobierno de Morelos, una de las entidades más afectadas por el sismo, estaba dándole a la ayuda, víveres y demás donaciones que la gente ha enviado a los morelenses. Pobladores han denunciado una opaca administración de los recursos por parte del mandatario Graco Ramírez. De acuerdo con testimonios recabados por el semanario Proceso, algunos voluntarios denunciaron que la ayuda en esta entidad se ha bloqueado o condicionado.

Según los ciudadanos de Morelos, los tráileres cargados con despensas provenientes de Michoacán, fueron detectados en la autopista y obligados por la policía a llegar a la bodega del DIF, encabezado por Elena Cepeda, presidenta del sistema estatal y primera dama de Morelos. ¿Y cuál es el propósito? Las denuncias apuntan que las autoridades morelenses, presuntamente, quieren concentrar toda la ayuda humanitaria enviada a Morelos y utilizarla con fines políticos después de rotular estos productos como apoyos provenientes del gobierno estatal. “Allá adentro, en Bajada de Chapultepec, están descargando el penúltimo tráiler, desafortunadamente, creo que hasta los mismos choferes, por la presión, yo hablé con uno de ellos por teléfono y me dijo: ‘por órdenes de Elena Cepeda nos dijeron entregar todo en el DIF Morelos‘”, relató una señora presente en el lugar.

De acuerdo con la crónica de Proceso, los ánimos se fueron caldeando. Los pobladores encontraron que en la bodega del DIF Morelos había toneladas de productos y víveres. Estos habitantes, a los cuales el secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, calificó como “saqueadores“, tomaron la ayuda y se dirigieron a repartirla a las comunidades afectadas. El gobernador Ramírez calificó la acción como una “acción de provocación” y un “montaje”, además responsabilizó a un hombre de nombre Gabriel Rivas, identificado como simpatizante de Morena, por haber liderado la movilización. “Tomaron y asaltaron la bodega y se llevaron las cosas diciendo que ellos iban a repartir todo el apoyo que llegaba de Michoacán, de un tráiler“, dijo ayer Graco Ramírez en entrevista con Carlos Loret de Mola.

Hay algunas incongruencias en las versiones oficiales. Elena Cepeda, presidenta del DIF, declaró al Diario de Morelos que todo este entuerto se desglosó de la “confusión de los choferes“. “La ayuda tenía que llegar aquí para armar las despensas y después repartirla, los conductores se desesperaron porque no podían descargar e intentaron llevarse la ayuda (…) nosotros estamos concentrando todo lo que están mandando para armar despensas y llevarlas a diferentes comunidades; tengan por seguro que los apoyos van a llegar”, indicó la primera dama. Este viernes 22 de septiembre las mismas denuncias volvieron a aparecer. Pobladores del municipio de Jojutla acusaron que las autoridades están reteniendo la entrega de la ayuda humanitaria y canalizándola a través de su equipo de trabajo.

“Están sacando las despensas y se las están dando a líderes de partidos, con la idea de que ellos llamen a su gente y se las den nada más a su gente y eso no se vale. Estamos tratando de evitar eso”, dijo Aristeo Castro, residente del municipio al diario Reforma.

Foto: Twitter

El gobernador de Morelos declaró este viernes, en conferencia de prensa, que estaba muy consternado por ese tipo de declaraciones ya que con estas se busca “engañar a la gente“. La bodega, indicó Ramírez, se instaló para tener capacidad de seguir entregando apoyos y despensas durante “la próximas semana y estos días a los albergues”. Alberto Capella, comisionado de Seguridad de Morelos, aseguró que el gobierno no estaba desviando los donativos, sino que los está reservando para la etapa de crisis humanitaria posterior al sismo, es decir, después de que el apoyo de voluntarios baje. “El hecho de administrar y concentrar es porque sabemos de la crisis humanitaria que vamos a vivir. Que van a vivir cinco de los 13 municipios que se vieron afectados. Va a comenzar a partir del lunes 25”.

Las denuncias, no obstante, han continuado, a tal punto de convertirse en el hashtag #RoboComoGraco:

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