Hasta ahora, sólo se habían dado a conocer ciertos detalles acerca del responsable de las 49 muertes en el club nocturno Pulse en Orlando. Sin embargo, algo que pocos sabían acerca de Omar Mir Sediq Mateen, es que había estado en el radar del FBI por tres años.

Según reportes de New York Times, en 2013, algunos de los compañeros de trabajo de Omar Mateen, declararon que este tenía vínculos con terroristas, diciendo que “esperaba que el FBI hiciera una redada en la casa de su familia para que se pudiera convertir en un mártir”.

Basándose en otro reporte, el FBI abrió una investigación hacia Mateen y esta lo puso en el ojo de la organización por un año. Sin embargó, jamás fue arrestado.

“Cuando un joven norteamericano de la costa de Florida, condujo una camioneta cargada de explosivos hacia un restaurante en Siria, en mayo de 2014, los agentes del FBI intervinieron sus publicaciones en internet y entrevistaron a sus contactos en Florida en un esfuerzo para determinar quién, si es que había alguien, podría intentar lanzar un ataque similar en los Estados Unidos.

Una de las personas con las que se habló fue Omar Mateen, un joven guardia de seguridad de un pueblo cercano que acudía a la misma mezquita que el bombardero suicida, y quien había sido observado por los comentarios incendiarios que una vez hizo con sus compañeros de trabajo. Pero el FBI pronto terminó esta investigación, después de no encontró suficiente evidencia de que representara una amenaza terrorista para su comunidad.”

No cabe duda de que aquél error es lamentado enormemente en la actualidad. Si las cosas hubieran sido diferentes en el pasado, se habrían salvado muchas vidas.

Vía boingboing

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