En la conferencia de prensa mañanera de Palacio Nacional del pasado 20 de abril, escondida entre las 2 horas 40 minutos de transmisión, se apareció una curiosa promesa ambiental. Cuando se hablaba de la tala ocasionada por el Tren Maya, el gobierno federal comentó que existía un plan para plantar un titipuchal de árboles más.
Aseguraron que contemplaban la reforestación de 457 millones de árboles en 450 mil hectáreas.
Así en caliente, a esas horas de la mañana y camuflajeada en el sonsonete de una larga conferencia de prensa, la cifra de 457 millones de árboles puede sonar interesante o pasar desapercibida, pero cuando revisas con atención los números… te surgen más dudas que respuestas.
¿457 millones de árboles?
En un año hay 31 millones 536 mil segundos.
Poniéndolo en perspectiva se pone interesante. Si se pudiera plantar un árbol cada segundo, tomaría 14 años y 6 meses en reforestar 457 millones de árboles. Eso considerando, claro, que nadie duerme y no se toman días de descanso.
A ese implacable ritmo —de un árbol reforestado por segundo—, si empezamos a plantar en mayo de 2022 terminaríamos en octubre de 2036.
Si el gobierno quisiera plantar los 457 millones de árboles prometidos antes de que acabara el sexenio, tendría que ser todavía más espectacular. Si empezaran mañana, por ejemplo, se tendrían que plantar 511 mil árboles cada día para cumplir la meta antes del 1º de octubre de 2024. En ese caso hipotético, tendrían que ser más de 5 árboles reforestados por segundo.
Nada más para comparar la cantidad tremenda que, de verdad, son los 457 millones de árboles que prometieron al micrófono: el escándalo reciente por la tala o reubicación de ejemplares en la Península de Yucatán comenzó por 20 mil árboles.
…en 450 mil hectáreas
Ahí está otro detalle todavía más interesante y es que esos 457 millones de árboles estarían, supuestamente, acomodados en un espacio de 450 mil hectáreas.
De acuerdo con las estimaciones oficiales de la Semarnat, en la selva baja de México —que es el ecosistema húmedo a nivel del mar que se hace presente en la Península de Yucatán— existe una densidad aproximada de 513 árboles por hectárea.
Si se plantaran los 457 millones de árboles en 450 mil hectáreas que por alguna razón hipotética estuvieran completamente vacías, la densidad de árboles sería dos veces más grande que la que existe actualmente. Si contemplamos los árboles que ya están, entonces tendríamos más de 1,530 árboles por hectárea, tres veces más que la densidad actual.
Cada árbol tendría 6 metros cuadrados para sobrevivir.
Y aprovechando que estamos encarrerados, esos 457 millones de árboles, con 6 metros cuadrados de espacio, estarían —supuestamente— en una superficie de 4 mil 500 kilómetros cuadrados, tres veces más grande que la Ciudad de México.
En fin, no decimos que sea imposible. Después de todo, países como Etiopía han asegurado plantar más de 350 millones de árboles en una tarde, pero conociendo las dificultades del cerebro humano para comprender cifras abstractas —”miles de muertos” o “miles de millones de pesos ahorrados”— siempre es bueno hacer comparaciones para entenderle mejor.