El gobernador de Tokio, Yoichi Masuzoe está enfrentando una gran oleada de críticas luego de alegaciones de que utilizó fondos oficiales para pagar por sus vacaciones, arte y cómics para sus hijos.
Debido a este escándalo, el político renunció a su cargo, según reportes de los medios japoneses. Se espera que pierda el voto de confianza en la asamblea de la capital de Japón durante la noche del miércoles.
Este escándalo que amenaza a poner en ridículo a la ciudad que será sede de los juegos olímpicos de 2020 llega poco antes de las elecciones para primer ministro.
Este asunto también amenaza con dañar las posibilidades de Partido Democrático Liberal (LDP, partido al que representa Shinzo Abe, actual primer ministro nipón) de ganar las elecciones que se realizarán el próximo 10 de julio.
Masuzoe, quien ganó las elecciones para alcalde de Tokio prometiendo una administración libre de escándalos, negó que haya violado la ley, sin embargo, admitió las deficiencias en torno a su derroche.
El pasado mes de abril se reveló que el gobernador estaba utilizando su auto oficial para llevarlo a su casa de campo al sur de Tokio. Más adelante llegaron alegaciones de gastos excesivos en viajes oficiales, hospedaje en spas de lujo, costosas salidas familiares y ropa cara.
Masuzoe mencionó que muchos de los objetos, incluyendo camisas de seda china, fueron materiales de investigación y relacionados con el trabajo. También mencionó que reservaciones habían sido hechas por sus asistentes y que su contador pudo haber contado algunos gastos personales como gastos de trabajo.
Por si eso no fuera suficiente, medios japoneses mencionan que dijo que era importante para él visitar su hogar de vacaciones regularmente debido a que tiene un baño más grande, permitiéndole estirar sus piernas y mantenerlo refrescado.
El gobernador dijo después que devolvería el dinero que admitió fue gastado de forma indebida y se comprometió a controlar los gastos.
Sin embargo, Yoichi Masuzoe no es el primer gobernante de Tokio que se encuentra en un escándalo de esta clase; su predecesor Naoki Inose renunció después de un escándalo de de financiación en 2013, poco después de que Tokio ganó el derecho para ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2020, proyecto que, a su vez ha sido golpeado por otros escándalos, gastos excesivos y otros errores administrativos.
La renuncia de Masuzore significa que es muy probable que un gobernador suplente acepte la bandera olímpica para Tokio al finalizar los Juegos Olímpicos de Río en agosto.
La verdad es que este hombre dio algunas razones muy absurdas para sus gastos, no obstante, al menos tuvo la dignidad de aceptar sus errores y renunciar. No es algo que podamos decir de muchos políticos mexicanos.