¿Pues no que ya se avanzó en materia de seguridad?
Al parecer, desde ahora ser gobernador michoacano podría considerarse un trabajo de alto grado de peligrosidad, ya que un nuevo decreto señala que una vez concluida su administración, el riesgo contra su vida “sigue latente y de no contar con protección los coloca en un alto grado de vulnerabilidad y peligro”.
Por lo anterior, aunque termina su mandato en unos cuantos días (el 1 de octubre) el gobernador saliente de Michoacán, Salvador Jara, tendrá seguridad personal hasta 2018… claro, el gasto corre por cuenta del erario.
La decisión que convierte a Jara en el primer gobernador en gozar de este beneficio fue justificada por él mismo. Según Jara, contar con escoltas garantiza “la seguridad personal de quien haya fungido como gobernador del Estado, para que una vez retirado del cargo, cuente con el apoyo y protección del Estado”.
Con lo anterior, se establece que a partir de ahora, todo gobernador que dejé el cargo en Michoacán contarán con protección especial durante un lapso “no inferior” a tres años. El acuerdo ya fue publicado en el Periódico Oficial del Estado el pasado 4 de septiembre.
Los escoltas recibirán salario, prestaciones y estímulos por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). En el caso de Jara, su seguridad (seis de ellos) estará compuesta por personal de la Unidad de Protección a Personas, perteneciente a la PGJE. Aunque no se sabe si abandonará el estado al concluir su mandato, se previno, ya que está establecido que el servicio de protección se otorgará no importando el lugar de residencia.
La seguridad personal para los ex gobernadores se otorga en un momento en que Michoacán atraviesa por una severa crisis económica, ya que en estos momentos se deja una deuda de aproximadamente 27 millones de pesos… pero bueno, cuidarle la espalda a un gobernador que presumió que el Michoacán que recibió al que ahora deja, “ya es otro”, no tiene precio.
Y realmente no tiene: el decreto no especifica “de a cómo” la escolta.