No siempre se tiene la oportunidad de ver a una banda en “su mejor momento”…
Girls se encargó de entregar una joya de nombre Father, Son, Holy Ghost el año pasado y fue anoche cuando la agrupación puso a vibrar al José Cuervo Salón con casi todos los temas de dicho disco.
La primer sorpresa de la noche fue que el recinto en el que Chris Owens se presentó no estaba lleno. La segunda fue que -como bien se dice- “calidad es mejor que cantidad”; el público presente resultó ser un verdadero conocedor de la música de Girls. Fueron muy pocas las canciones no coreadas por los ahí presentes, tan pocas como las palabras de un tímido Owens ante su público.
La agrupación de San Francisco dio por comenzada la velada con “Alex”, “Hunny Bunny” y “My Ma” (extraídas de la última producción de los californianos) en un escenario que estaba adornado por flores que remitían a un funeral más que a una fiesta, esto debido a sus colores neutros.
Después de calentar motores, un gran silencio enfatizó los primeros acordes de “Vomit”, probablemente la canción más esperada y coreada de la noche; este fue el primer tema que mostró la furia que la agrupación es capaz de proyectar, misma que es adornada por los intensos movimientos de sus integrantes. El show de Girls es un viaje de altos y bajos, realmente no hay una estructura bien definida en el set, por lo que de repente la gente se veía inmersa en un trance para después despertar y ponerse a brincar eufóricamente.
La segunda parte de la noche estuvo caracterizada por los temas de Album, el LP con el que descubrimos a este grupo de pandrosos (descritos así por un asistente al show de anoche). “Lust for Life” y “Hellhole Ratrace” nos recordaron las razones por las que Girls se ganó un lugar en nuestros reproductores hace ya algunos años. La sentida interpretación de la banda invitaba a abrazar al acompañante y a dejarse llevar -al menos por unos cuantos minutos- por las notas llenas de eco y distorsión.
“Morning Light” fue la encargada de despedir a Girls ante un público satisfecho que no pedía más de lo que ya había visto: la actuación de una verdadera banda de rock.
