La guerra, así como el patriotismo o el orgullo nacional, está repleta de símbolos. Sonará extraño, pero estamos también frente a una batalla visual. En estos últimos días –con los ojos puestos en el amarillo de Ucrania—, a nuestras pantallas llegaron las imágenes de vibrantes girasoles que hasta desentonan con los paisajes grisáceos del este europeo.
Esa flor, quién diría, es importantísima para el orgullo de Ucrania.
En estos momentos complicados, además, se ha aparecido más que nunca. En los peinados, en las manos, en los amarillos campos o en un impresionante video viral en el que, una mujer le ofrecía semillas a los soldados rusos. “Para que florezcan girasoles cuando mueran”, reclama.
Los girasoles son la flor nacional de Ucrania y su historia está completamente ligada a su cultura.
Acá te hacemos un resumen de esa historia increíble que involucra el largo viaje de las flores, la curiosidad de que se dieran en las tierras de Ucrania, su comercialización mundial y hasta su relación con los desastres nucleares.
¿Cómo llegaron los girasoles a Ucrania?
Probablemente ya sabías o ya habías escuchado que los girasoles son plantas originarias de Norteamérica.
Durante el siglo XVI —junto a un titipuchal de otros objetos hermosos— llegaron a Europa como ornamentos exóticos. La leyenda cuenta que el zar Pedro I el Grande se encontró con los girasoles en un viaje por Países Bajos y decidió llevárselas a Rusia. Los terminó plantando en las famosas planicies de tierra negra en Ucrania.
¿Dato inútil? Literal la tierra es negra en algunas partes del oeste de Ucrania. Está llena de minerales que le hacen un exitazo en el mundo de la agricultura.
¿Por qué se hicieron populares los girasoles?
Ahora viene un brinco curioso, que tiene que ver con la religión.
En esas épocas, la Iglesia Ortodoxa tenía muchísimas prohibiciones respecto a lo que las personas podían consumir durante la Cuaresma. Como no podían usar manteca o mantequilla para cocinar, tenían que encontrar soluciones… ¡y así se enamoraron del aceite de girasol!
Como los girasoles eran nuevos en la región, obvio no había reglas para su consumo y se hicieron muy populares.
La gente cocinaba las semillas con aceite y sal, también se las comen como botana pasajera —hasta la fecha son muy populares. Incluso tienen su propia versión de un postre llamado Halva en el que, a diferencia de la receta original con ajonjolí, ellos le ponen girasol.
Y luego falta todo lo más increíble: el simbolismo de los girasoles en el orgullo de Ucrania.
Los girasoles y el orgullo en Ucrania
Desde hace siglos que las flores en Ucrania son veneradas.
Veremos que tienen flores en las coronas que utilizan las mujeres en las celebraciones, las tienen tejidas en los trajes tradicionales —simbolizan protección ante malos espíritus— o están talladas en muebles como protección a la enfermedad. Los viejos poemas y canciones siempre hablan del folclor de las flores.
Especialmente las veremos en unos dibujos decorativos, patrimonio de la humanidad reconocido por la UNESCO, llamados petrykivka.
Y de todas las flores, las consentidas son los girasoles.
Su color amarillo ha simbolizado la fuerza del Sol y su calor. Representan energía, vida. Uno de los puntos importantes es que, en Ucrania, también se asocian a la unidad, pues crecen por montones.
Con los años se han acercado también al orgullo económico de Ucrania pues son el país líder en exportar aceite de girasol en todo el mundo. Ellos solitos concentran más de la mitad de las exportaciones en el planeta y si le sumas sus territorios vecinos, pueden alcanzar hasta el 80%.
Los girasoles y su labor en los desastres nucleares
No me preguntaron, pero esta es mi curiosidad favorita de los girasoles en Ucrania.
No solo son hermosos, amarillos, brillantes o alimenticios, también ayudan a limpiar la tierra de desechos nucleares. Los girasoles sembrados en Ucrania han eliminado una gran cantidad del plomo, arsénico y uranio que volaron después de los famosos accidentes nucleares en Europa.
A principios de los años 90, Ucrania decidió que nunca tendría armas nucleares y se llevó a cabo una simbólica ceremonia.
Los secretarios de Defensa de Estados Unidos, de Rusia y de Ucrania firmaron un acuerdo y juntos, en medio de la tierra negra, sembraron tres girasoles.