Desde el pasado 1 de enero, día en que entró en vigor el gasolinazo, las manifestaciones, bloqueos viales y toma de casetas en contra de la medida han sido una constante a lo largo y ancho del territorio nacional. En los últimos días las protestas se han intensificado y crecido en su virulencia: las imágenes de tiendas saqueadas, el pillaje de un camión de Gansitos, multitudes cargando pantallas de ochenta pulgadas a cuestas, rapiña y descontrol, aunado a los rumores sobre toques de queda, turbas enardecidas entrando a hogares a robar y hasta el supuesto ingreso de tanques del Ejército a los lugares en conflicto, han sido la tónica de un descontento legítimo en vías de desvirtuarse.

“Una cosa es que se manifiesten de manera pacífica y ordenada… lo que no se vale son los actos vandálicos contra tiendas departamentales y gasolineras, tampoco el bloqueo de vías“, aseguró ayer, 4 de enero, Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, una de las entidades del país más afectadas por las protestas contra el gasolinazo. De acuerdo con cifras de las autoridades mexiquenses, hasta el momento, 430 personas han sido detenidas por actos vandálicos durante estas manifestaciones, entre ellos cuatro policías.

Y, sin embargo, la única certeza que se tiene sobre los saqueos es el miedo que han infundido en la sociedad.

Las calles están vacías, la gente se guarece en sus hogares. Los locales bajan sus cortinas ante el temor de ser los siguientes en ser robados. El servicio de transporte público no se presta de manera regular. Hay incomunicación en varios sectores. No importa si se está en Ecatepec, Nicolás Romero, Atizapán, Azcapotzalco o Gustavo A. Madero, incluso en Coyoacán o Polanco, la psicosis colectiva y el miedo han permeado entre los ciudadanos.

¿Y si los saqueos fueran orquestados?

Algunas plumas críticas, como la del periodista Julio Hernández ‘Astillero’, han señalado que la proliferación de este grupo de saqueadores se debe a que “el régimen busca frenar protestas y ‘justificar’ la represión“. En el caso concreto del Estado de México, el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero acusó directamente al gobernador de la entidad de haber enviado infiltrados para realizar desmanes y destrozos en las protestas por el gasolinazo, aplicando así “una estrategia gubernamental para intimidar las protestas y la inconformidad popular”, justificando el uso de fuerza desmedida.

Para el periodista Jacinto Rodríguez, de la revista Emeequis, lo que se está viviendo en nuestras calles a partir de las manifestaciones contra el alza de precios en las gasolinas no es sino la implementación del “manual del perfecto rumor” por parte de las autoridades gubernamentales. De acuerdo con el reportero, con la estrategia de esparcir rumores y recomendaciones tales como “no salgan a la calle”, “no expongas a tu familia”, “cuida tu hogar” se busca criminalizar, desarticular y apagar la protesta social. “Romper, a través del miedo, la reacción popular frente a la crisis social y política que se ha desbordado a raíz del aumento a la gasolina y la consecuente alza de precios”.

De acuerdo con el escritor, diseñador gráfico e historietista Bernardo Fernández Bef, éstos son algunos de los cuestionamientos que deberíamos plantear a raíz de los saqueos “incontenibles” que se han suscitado durante los últimos días.

Para comprender más sobre el tema, échenle un ojo a esta colaboración que el politólogo y antropólogo social José Ignacio Lanzagorta escribió para Sopitas.com.

A través de las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea se han difundido grabaciones, videos, mensajes de voz advirtiendo sobre falsos robos a comercios y otras acciones vandálicas derivadas de las manifestaciones contra el gasolinazo, desatando una psicosis colectiva en varios rincones del país. De acuerdo con lo que el grupo de análisis del comportamiento de internet y redes sociales Lo Que Sigue indicó al portal SinEmbargo, el esparcimiento de rumores infundados e información falsa, así como la incitación a sumarse a los saqueos, fue coordinado.

La organización identificó 485 cuentas detrás de la desinformación en Twitter, las mismas que han realizado amenazas sistemáticas contra periodistas como John Ackerman, Sanjuana Martínez y Andrea Noel. “¿Quién está detrás de estos trending topics coordinados? ¿Quién puede coordinar un grupo así y mantenerlo activo durante 4 horas que duró como tendencia?”. No sé sabe con certeza quiénes son los responsables detrás de los rumores, aunque Lo Que Sigue identificó que algunas de estas cuentas provienen fuera de las zonas en conflicto.

Las noticias falsas con impacto real

En la rebatinga informativa que surgió a través de las redes sociales se viralizó un tuit compartido por la cuenta de Grupo Fórmula. En la publicación se afirmaba que “jóvenes armados con tubos y cuchillos” recorrían las calles de Tultepec, Estado de México. El tuit estaba ilustrado con una imagen de un conflicto en Medio Oriente. La imagen sintetizó la desinformación ocurrida a raíz de los supuestos saqueos y actos vandálicos.

El rumor, acorde con un documento realizado por la Secretaría de Gobernación durante el mandato del expresidente Luis Echeverría y consultado por el periodista Jacinto Rodríguez, es “una voz que corre entre el público, es una versión vaga, sorda y continuada”. Para que funcione y circule el rumor, según el texto, se necesita que el asunto en cuestión sea de importancia, además de que el rumor debe tener diversos grados de ambigüedad, los cuales son inducidos por la “ausencia de información, su naturaleza contradictoria o por la desconfianza hacia los hechos”.

Según el documento, cada rumor tiene su audiencia específica. Si es de índole financiera, llegará primero a quienes puedan ver afectado su patrimonio. En el caso de los rumores de naturaleza política, llegan a la “clase política actuante” y a la que está a la espera de actuar. Jacinto Rodríguez afirma que la aceptación y transmisión de un rumor está directamente relacionada con un ambiente de intranquilidad o cuando la credibilidad de los medios se ha deteriorado.

¿Por qué es importante salir a manifestarse?

El presidente Enrique Peña Nieto se refirió brevemente al malestar que ha generado el gasolinazo durante el anuncio de cambios en el gabinete ayer, 4 de enero.  “El Gobierno de la República no permitirá abusos de, quienes al amparo de esta medida, se excusan y cometen tropelías”, afirmó el representante del Ejecutivo después de reiterar, en varias ocasiones, que el aumento en los precios de la gasolina eran necesarios y una decisión responsable. Las declaraciones de EPN fueron como echarle más leña al fuego.

A raíz de las intimidaciones, malinformación, rumores y saqueos en al menos seis entidades del país, las manifestaciones han cedido.

¿Pero por qué es importante salir a manifestarse? De acuerdo con el ensayista, escritor, pintor y poeta John Berger, fallecido el pasado 2 de enero, “protestar es negarnos a ser reducidos a cero y a que el silencio se nos imponga“. En su texto “Sin importar lo que traiga el futuro“, el intelectual británico postula que toda protesta política es “invocar una justicia ausente, y la acompaña la esperanza de que en el futuro esa justicia quede establecida; esta esperanza, sin embargo, no es la razón primera para protestar”.

Según Berger, la gente protesta (con huelgas de hambre, toma las armas, escribe, monta una barricada o se toma de las manos) porque no hacerlo “es demasiado humillante, demasiado aplastante, demasiado letal“. El ensayista británico afirmó que en el momento en que alguien hace una protesta, solamente por hacerla, se logra una pequeña victoria: “Lo principal no es que una protesta sea un sacrificio efectuado en pos de un futuro alternativo más justo. Lo principal es la redención del presente“.

FOTOS: FACEBOOK, TWITTER

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