En días pasados, les informamos que al parecer bajaría el precio de la gasolina, pero eso no ocurrirá hasta que se apruebe la reforma energética, mientras eso pasa, hoy a medianoche anunciaron que habrá un incremento.
El litro de Magna costará 11.58 pesos, la Premium 12.14 y el diesel llegará a los 11.94 pesos; en México se consumen 397 litros de gasolina por persona al año.
Hacienda había dicho que el monto que destinará el Gobierno mexicano al subsidio a la gasolina y el diesel este año casi duplicará la meta original de 48,895 millones de pesos para alcanzar los 91,206 millones de pesos, de acuerdo con su Presupuesto de Gastos Fiscales 2013. En un primer momento se pensó que el precio de la gasolina podría bajar, pero sino es así entonces ¿para qué incrementar el subsidio? Para abrir paso a la reforma energética, argumentando que los aumentos al precio de los combustibles no son suficientes para reducir el subsidio que gasta el gobierno, del peligro de la política de subsidios energéticos y el daño patrimonial que ha ocasionado mantener a PEMEX dentro del presupuesto nacional, diciendo que, pese a que se incrementó este año, los recursos deberían provenir de fuentes externas, no de los contribuyentes.
La intención de mantener el aumento en el precio de la gasolina de manera mensual va dirigido a que el precio del combustible en México se empareje con el de Estados Unidos. En el primer cuatrimestre del año, los subsidios destinados a estos energéticos fueron de 42,248 millones de pesos, cifra cercana a los 48,895 millones de pesos presupuestados en la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2013.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,el consumo per cápita de gasolina en México es mayor en 22% que el de Alemania, 71% que el de Italia, 103% al de Chile, 141% al de España y Francia, 192% al de Argentina y 242% al de Brasil.
Ya no se trata de que la gasolina sea más cara o barata que en Estados Unidos, se trata de que el poder adquisitivo en general, no puede ser comparable en ambas economías, el aumento de la gasolina repercute directo en los bolsillos de la gente a través del aumento en las tarifas del transporte público
En teoría, México tendría que conservar precios bajos de los combustibles y cuando mucho ajustarlos de acuerdo a la inflación anual, pero eso no ocurre porque el gobierno dice que debe importar gasolina cara y ajusta la diferencia con los consumidores finales, haciendo impredecible la política de precios.