De niños muchos queríamos con ser astronautas, sueño que un pequeñísimo porcentaje logra cumplir, por lo que miles de adultos nos quedamos con las ganas de saber qué se siente ponerse un traje espacial y vivir aventuras espaciales.
Sin embargo, hay quienes no quieren quedarse con la espinita clavada y se las ingenia para cumplir con su anhelo de la forma más creativa posible. Eso es lo que hizo el fotógrafo Tim Dodd, quien en noviembre de 2013 se encontró con un traje espacial en un sitio de subastas por internet. No lo pensó dos veces e hizo lo que todo hombre sensato: lo compró sin saber qué haría con él.
Meses después tuvo la ocurrencia de ponerse el traje y retratarse en distintas circunstancias de la vida cotidiana, dando como resultado una serie de fotografías bastante divertida.
Aquí alguna de las fotos:
A madrugar, que tenemos que chambear…
A pensar que traje usar “para no parecer retrato”.
Lavándose los dientes para no dar el tufazo espacial.
Planchando, aunque no de la forma chida.
Deprimido, de nuevo, por no haber sido elegido como el astronauta del año.
Sumando horas de vuelo.
Cortando el césped.
Haciendo el mandado.
Helado espacial.
Paseando a Laika.
Estudiando, porque el astronauta de hoy debe estar preparado.
Houston, tenemos un problema.
Tuneando la moto con cohetes para alcanzar la velocidad de la luz.
En la pura pi#%e party.
Viendo su película favorita.
Y ya, se acabó el día.
Como pudimos atestiguar este fotógrafo es un loquillo, si quieren seguir su trabajo pueden checar su blog dando clic aquí, o buscarlo en Instagram como @timdoddphotography.
Si se compraran un traje espacial de medio cachete, ¿qué harían con él? Yo lo guardaría para el próximo brote de influenza.