El paso de un nuevo fenómeno meteorológico nuevamente deja en evidencia la fragilidad de una de las naciones más poderosas del mundo.
Desde el domingo, el sur de Estados Unidos ha sufrido del embate de docenas de tornados, los cuales han causado por lo menos la muerte de 31 personas, además de centenas de heridos. Esto, pese a que hace una semana se comentaba que este año sería la temporada de tornados más tranquila en la región, desde 1915.
Las cifras que arrojan estos embates de la naturaleza preocupan a las autoridades norteamericanas, ya que en años pasados el promedio de víctimas era de 60; con excepción del 2011 que se registró la cifra de 553 víctimas.
Arkansas y Mississippi son los estados más afectados, además de Oklahoma, Iowa, Alabama y Tennessee.
Algunas escenas son desoladoras: este martes, la niebla se posó sobre la ciudad de Tupelo Mississippi, mientras los trabajadores retiraban ramas que cayeron sobre cables de electricidad y retiraban escombros de las calles.
Aunque el Servicio de Meteorología emitió alertas de emergencia, éstas no evitaron los desastres que se pueden observar en las regiones afectadas. Miles de personas quedaron sin suministro eléctrico y varias aún permanecen en sus sótanos y refugios habilitados.
El presidente Barack Obama, quien desde la semana pasada se encuentra de gira por Asia, envió sus condolencias a todos los afectados y reiteró la disposición del gobierno para ofrecer apoyo que sea necesaria.
“Estamos preparados ahora, y estaremos listo para la recuperación si, Dios no lo impide, sufrimos un tornado o una inundación”, aseguró Nathan Deal, gobernador de Georgia.
*Vía elmundo.es, El País Fotografías: Noticieros Televisa