Si alguno es de los cada día menos afortunados que pueden tener un billete de 500 pesos, podrá observar una cita de Diego Rivera: «Se ha dicho que La Revolución no necesita al arte, pero que el arte necesita de La Revolución. Eso no es cierto La Revolución sí necesita un arte revolucionario».
Desde siempre, el debate sobre la relación entre política y arte ha sido polémico y ha dado como fruto desde posturas que prefieren un arte no ¿contaminado? con ideas políticas, hasta los que quieren que el arte sólo sirva como propaganda de un ideario político, y todavía está el que piensa que crear una expresión artística que recurre a un acto político lo trivializa como si la expresión artística cancelara su refuncionalización política.
En fin, al final del día es imposible separarlos definitivamente o juntarlos como si fueran un solo bloque, son más bien efectos o nudos que se forman a través de varios flujos que los atraviesan. Dentro de la esfera de la política, la expresión artística surge como un nuevo elemento estratégico que puede ser susceptible de ser utilizado como un propulsor, una réplica, un catalizador y hasta un motivador para la protesta social, aunque siempre es susceptible, como todo discurso, de ser utilizado en contra de sus realizadores.
El día de hoy les hablaremos de una sesión de fotografías tomadas por Pablo Tonatiuh Álvarez y Lilian Marisol Hernández. La sesión llevó el título «Sesión #PosMeSalto en Danza» se realizó en la estación del metro Coyoacán de la línea 3. Fue realizada con la participación de los bailarines Andrea Zolá y Enrique Melgarejo de la Academia de la Danza Mexicana.
Esta protesta es parte del movimiento de protestas que ha habido desde unos días antes de que se hiciera oficial el aumento en la tarifa del metro. Las protestas han consistido en la liberación de torniquetes como una muestra de desobediencia civil.
El 13 de diciembre fue el día en el que se hizo el aumento y el día en el que se agendaron las mayores protestas en contra de éste. Ante la presión el director del STC que decidió permitir el #PosMeSalto en un inteligente movimiento que impacta el nivel simbólico que tiene la desobediencia civil, varios inconformes decidieron seguir con las protestas más allá del 13 de diciembre. Ahora, en un momento en el que el nivel simbólico se modifica es necesario ser creativo y ganar capital simbólico diferente, de ahí lo interesante de esta protesta que se sirve de la expresión artística.
Esta sesión #PosMeSalto se sirve de la protesta para crear algunas expresiones plásticas muy interesantes, tanto al nivel performativo del movimiento de los cuerpos de los bailarines como en las tomas de la cámara.
Entonces la representación plástica tiene varias funciones, desde el estético, hasta el nivel de testimonio de la protesta. Es muy parecido a lo que sucede con las fotografías de varias de las marchas acontecidas en Turquía, Brasil, o Egipto.
La foto como testigo y el salto artístico como una irrupción de la cotidianidad que denuncia la inconformidad ¿no es esto un buen combo? La protesta en vivo con la realización de los saltos y la fotografía como un momento posterior que refuerza la protesta y que tiene también sus propios elementos estéticos (¿no funcionan así también los monumentos históricos? ¿no tiene el monumento este carácter de huella? ¿no tiene esta susceptibilidad de ser refuncionalizado?¿no denuncia al testimoniar algo? ¿no tiene también un valor estético?
El problema se nos muestra más interesante y se presta más para la reflexión.
Pero bueno, aquí les dejamos algunas de las fotos:
@Filosofastrillo
***Vía Somos el medio