Desde Copenhague, Dinamarca, Maria Rubinke nos comparte sus raras e impresionantes obras escultóricas. Se trata de piezas de cerámica, esculpidas por ella misma, de niñas con un toque muy sanguinario.
Las figuras de los pequeñines están marcadas por diferentes detalles muy violentos y llenos de sangre, tal y como una niña arrancándose el cuero cabelludo para dejar expuesto su cerebro, una pequeña disparándole en la sien a otros bebés o arrancándose los ojos de la cara.
Aunque son esculturas bastante perturbadoras y siniestras, el trabajo que Maria realiza es completamente distinto a lo que estamos acostumbrados a ver. ¿Qué tan dañado debes estar para pensar en niños muertos y realizando actos tan brutales? Tal vez sus piezas ponen en jaque la idea de “inocencia“ y “bondad“ que le achacamos a la niñez.
La artista no tiene una página web en donde puedas revisar toda su colección, una parte de ésta está alojada en su Facebook.