Nuestro cerebro puede ser fácil de engañar, sobre todo por el sentido de la vista. Ya puede ser porque no vemos bien y nos faltan lentes o por situaciones ajenas a nosotros que nos hacen percibir la realidad de diferente manera.
Esto sucede con las ilusiones ópticas, ya sean fisiológicas por la sobre esimulación de los ojos o el cerebro (brillo, color, movimiento) o cognitivas, en las que el conocimiento que tenemos interviene en lo que vemos (por ejemplo, cuando en el Jarrón de Rubín se ven dos caras o solo un jarrón).
Estas ilusiones suceden porque el cerebro puede concentrarse solo en un objeto y cuando se presentan dos formas en una sola imagen, producen confusión.
El profesor japonés de psicología Akiyoshi Kitaoka se ha dedicado a estudiar las ilusiones ópticas a través de la psicología de Gestalt, al estudiar la percepción visual de formas geométricas, el color, ilusiones de movimiento y otros fenómenos visuales.
Su imagen más famosa es la llamada Rotating Snakes, que es una ilusión periférica de deriva.
¿Cuándo ven las imágenes si se mueven o su cerebro es muy poderoso como para caer en estas trampitas?