Imaginen que un día en la Ciudad de México dejan de funcionar la mayoría de las líneas del metro. No solo la ciudad seria un enorme y sucio estacionamiento, además la gente se volvería loca, los estudiantes, obreros, oficinistas, los comerciantes, nadie podría llegar a su destino (que generalmente está lejos), la gente se volvería violenta, los niños llorarían y los nazis volverían a montar dinosaurios…bueno, algo muy parecido a esto pasó hoy en una de las urbes más grandes de América: Sao Paulo.

Una cosa que empezaron a hacer los ciudadanos brasileños fue tomarse «selfies» en las puertas (con la fecha) para demostrar en sus trabajos que faltaron por culpa de la huelga.

 

 

***Vía Folha de S. Paulo, O Globo

 

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