Hace 60 años terminó la Guerra de Corea, la Guerra que terminó por dividir la península en dos y que separó a millones de familiares. Ahora, algunos afortunados pudieron volver a ver, por única vez, a sus seres queridos.

Ambos gobiernos, el de Corea del Norte y el de Corea del Sur, prohíben el contacto entre los pobladores de las dos naciones. Cuando la Guerra de Corea terminó, cientos de miles de familias quedaron divididas, y desde entonces, pocas veces se han permitido este tipo de reuniones.

Este viernes, Corea del Norte accedió finalmente a permitir una reunión de cientos de coreanos separados. Hace más de tres años que no se permitía este tipo de encuentros.

Los ancianos del sur viajan entre la nieve hacia un hotel en las montañas de Corea del Norte a encontrarse, después de decenas de años, con sus hermanos, primos, en incluso hijos.

Sólo los más ancianos pueden viajar, algunos de ellos tienen más de 90 años y otros deben ser trasladados en ambulancias o sillas de ruedas pues ya están muriendo, pero no quieren perder la oportunidad de ver a sus familiares.

 

La surcoreana Lee Young-si, de 87 años, llora mientras se reúne con su hermana de Corea del Norte Lee Jung-sil, de 84 años.

Kim Seong-yun, a la izquierda, tiene 96 años, y se reunió con su hermana de Corea del Norte Kim Seok-rye y con otros parientes.

 

 

Muchas historias llamaban la atención de la prensa internacional. Por ejemplo, para Seo Jeong-suk, la reunión llegó demasiado tarde, pues murió a los 90 años hace apenas 15 días; ahora, su hija Kim Yong-ja se reunió con su hermana y entre lágrimas le dijo que su madre no lo logró mientras apretaba contra ella un retrato: “es la foto de mamá”, dijo.

Los ancianos Surcoreanos son sometidos a revisión médica al llegar a Sokcho para formar parte de las reuniones.

 

Kim Sun-kyum, de 91 años, es auxiliado por oficiales para cruzar la frontera: visitará a sus hijos.

Jang-chun, un surcoreano de 82 años, saluda mientras se prepara para el viaje a Corea del Norte, en donde se reunirá con sus familiares, a quienes no ha visto desde 1953, cuando era adolescente.

 Yoo Youn-shick, de 92 años, baila frente a sus sobrinas en una cena de la reunión.
Park Yang-gon, a la izquierda, se encuentra con su hermano norcoreano Park Yang-soo después de haber sido separados 60 años.
La reunión de Lee Son-hyang, de 88, a la izquierda y Lee Yoon-geun, de 72.

Estas reuniones tienen un sabor agridulce pues, si bien muchos de los asistentes tienen hasta 60 años de no verse, todos saben que será la última vez que lo harán, sólo por un par de días, pues no podrán ser agendados para otro viaje.

Mientras allá afuera, los gobiernos de las coreas tratan de negociar sus relaciones cada vez más precarias, ahí, en el hotel, se oye  un “Vaya que luces viejo, ven a darme un abrazo”.

Fotos de: Yonhap/Reuters, Lee Ji-Eun/EPA, Ed Jones/AFP/Getty Images, Park Hae-Mook/Getty Images.
***Vía: NYT y The Guardian

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