Ningún Misil, ni ningún desfile militar, sino una gran fiesta de flores.
Después de semanas de anunciar ataques contra Estados Unidos y Corea del Sur en respuesta a las maniobras conjuntas que están llevando a cabo ambos países en la región y las sanciones que la ONU impuso tras lanzar un cohete en diciembre y efectuar una prueba atómica en febrero, Pyongyang, capital de Corea del Norte, se vistió de flores para celebrar una de sus festividades más importantes: el 101 aniversario del natalicio de su fundador (y abuelo del actual gobernante del país), Kim Il-sung.
Esto vino a contrariar a la mayoría de los especialistas que esperaban que este 15 de abril –Día del Sol y principal festividad del país– Corea del Norte festejara esta fecha con el disparo de un misil de alacance medio para enaltecer la imagen del joven Kim Jong-un.
Sin embargo, Kim Jong-un festejó a su abuelo rodeado de una comitiva de altos funcionarios y militares y fue a dejar cestas de flores en el «Palacio del sol, Kumsusan», mausoleo en el cual descanzan los restos del también llamado «Presidente eterno». Todo esto en medio de una de las peores crisis que atraviesa la península coreana desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953).
La cestas de flores que llevó el líder norcoreano tenían cintas con la leyenda: «Los grandes camaradas Kim Il-sung y Kim Jong-un siempre estarán con nosotros», aseguró la agencia estatal KCNA.
La celebración ha coincidido con el cierre del viaje de cuatro días a Asia que ha efectuado el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, en el que ha logrado el compromiso de Pekín de impulsar la desnuclearización de la península coreana.
Además, esta festividad marca el inicio oficial del nuevo año según el calendario juche —nombre de la ideología de autosuficiencia impulsada por Kim Il-sung—, que comienza el día del nacimiento de Kim Il-sung en 1912.
Pyongyang, rechazó el domingo la propuesta de Corea del Sur de resolver la crisis mediante el diálogo; dijo que no tiene intención de sentarse a negociar con Seúl mientras no abandone su política de confrontación.
