En enero del 2012, el crucero de lujo Costa Concordia encalló con 4,200 pasajeros en la isla de Giglio, en el archipiélago de Toscana, en Italia. 20 meses después se realizó una compleja labor para hacer reflotar los restos de esta embarcación.
El Costa Concordia tiene 17 pisos de altura, 290 metros de eslora y pesa unas 114,000 toneladas (es más largo y pesa casi el doble que el Titanic), después del accidente el crucero tenía 65 grados de inclinación y estaba recostado sobre los arrecifes, por lo que moverlo no resultó una labor nada sencilla.
Las operaciones que requirieron el trabajo de cientos de personas, iniciaron ayer lunes por la mañana y se llevaron 19 horas, concluyendo hoy martes a las 4 de la mañana hora local. Entre los inmiscuidos había ingenieros, técnicos, un grupo de alpinistas y expertos de distintas áreas.
Por medio de una especie de gatos hidráulicos, cables de acero y plataformas instaladas se logró dar equilibrio al barco. En la siguiente etapa, el Costa Concordia se estabilizó con unos enormes cajones enormes laterales que fueron fijados a la parte superior del casco y que se llenaron de agua.
“La operación de parbuckling (rotación) ha concluido. El barco ha terminado su ruta tal como estaba previsto y alcanzó la vertical”, anunció Franco Gabrielli, jefe de la Protección Civil italiana en una conferencia de prensa.
Estas acciones, dirigidas por 12 ingenieros expertos comandados por el sudafricano Nick Sloane, representaron una operación sin precedente en la historia de la ingeniera moderna para mover una nave de estas dimensiones tan cerca de la costa. La operación estuvo a cargo de la firma italiana Micoperi, y estuvo valuada en unos 600 millones de euros.
Aquí una galería del proceso:
Y un video de un minuto con lo sucedido: