Al parecer, no fueron los percances en Copacabana entre brasileños y argentinos los únicos del día de ayer, también hubo violencia en Argentina.
Ayer la Mannschaft alemana se coronó como la campeona del mundo, relegando a segundo lugar a la selección argentina. Los porteños salieron a festejar en el Obelisco por el subcampeonato y, bueno, las cosas se salieron del control. Vidrios rotos, locales atacados, semáforos dañados, cantidades enormes de basura y vandalismo hicieron que todo terminara con la detención de, por lo menos, 70 personas (medios argentinos como La Nación manejan la cifra de 120).
A pesar de la derrota, miles de aficionados argentinos fueron a celebrar al Obelisco el subcampeonato y así, mostrarle su apoyo a su selección, así que al son de «Brasil, decime qué se siente…» los hinchas se movilizaron al monumento. Pero todo terminó en destrozos. Como 15 de los fanáticos se subieron a un vehículo del canal de noticias TN y arrancaron una de las antenas. Otros se colgaron, en estado de ebriedad, de los semáforos, poniendo en riesgo su propia vida.
La policía reaccionó tarde (al parecer había una confusión sobre las responsabilidades en el operativo).
Según el secretario de Seguridad, Sergio Berni, los hechos violentos fueron «planificados»:
«Esperemos que la Justicia en su etapa de investigación pueda determinar los nexos de conexión entre cada uno de los detenidos porque esto no fue producto de la casualidad, sino que fue planificado. Hubo una planificación para que ocurriera esto y que pueda generar un gran caos. Hemos podido trabajar con mucha paciencia, y pudimos separarlos para detenerlos»
Según Clarín, al menos una docena de los detenidos pertenecen a las «barrabravas» de tres clubes de futbol. Las barras en cuestión serían la de Chacarita, Independiente y Nueva Chicago.
Al otro día todo fue desolación. El dueño de un restaurante, «el Cerrito», reportó que se llevaron hasta los cubiertos.
También hubo daños en el Teatro Broadway y en un hotel que se encuentra a lado, en el que los huéspedes sufrieron robo de dinero y objetos personales.
Además robaron a automovilistas y golpearon a periodistas y fotógrafos. Según fuentes oficiales, se confirmó que 70 personas estaban heridas, entre ellas 15 policías.
El Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, lamentó los incidentes y admitió que esto «ha empañado una fiesta popular de carácter espontáneo».
Ya que el caos era generalizado, la policía intervino y salió a dispersar a los grupos violentos. Se escucharon disparos de balas de goma.
La infantería arrojó gases lacrimógenos que se dispersaron por varias cuadras. La batalla duró por lo menos 3 horas.
@plumasatomicas
****Vía Clarín, La Nación (fotos de AP, xinhua, la Nación y el Clarín).