El canciller José Antonio Meade y el gobernador del estado de California, Edmund Brown acordaron estrategias con el propósito de atender el tema de los niños migrantes no acompañados.
Meade expresó su preocupación ante la medida del gobernador texano John Kerry de enviar elementos de la Guardia Nacional a la frontera para frenar el ingreso de los migrantes centroamericanos.
A diferencia de su homólogo, el gobernador de California, Edmund Brown, dijo que no apoya la presencia de la Guardia Nacional en la frontera de Texas.
Los más de 57,000 niños indocumentados que han cruzado a territorio estadounidense de forma ilegal y sin compañía de adultos desde octubre pasado debe abordarse desde “consideraciones humanitarias”, ya que los niños que migran tienen que salir de sus países por la violencia que representan los cárteles.
De los cuales, el 25 por ciento son de origen mexicano, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El gobernador también se reunió con el presidente Enrique Peña Nieto, con quien acordó mejorar las condiciones de los mexicanos en esa entidad de Estados Unidos.
Lo que los mandatarios no entienden es que los niños que escapan a las pandillas y que cruzan la frontera, lo seguirán haciendo porque prefieren morir en el viaje que vivir sin esperanza en sus propios países.
Entre las acciones que se requieren para el problema inmediato están: garantizar servicios de cuidados básicos, protección, asistencia legal y psicosocial, a niños, niñas y adolescentes que se encuentran en situaciones de tránsito, detención, repatriación y reubicarlos con sus familias.