Si ustedes, en una de sus parrandas interminables llenas de vicios y depravaciones han llegado a preguntarse qué es más dañino, si el cigarro o el chupirín, quizá sea momento de aclararles cómo está la cosa.
Obviamente, no esperen que les digamos que alguno de estos dos vicios es saludable y que pueden seguir ingiriendo alcohol o fumando nicotina sin que estas sustancias tarde o temprano les traigan consecuencias al organismo.
¿Cómo medir su peligrosidad?
La mayoría de los países tienen unidades estándar para determinar el riesgo de consumo de las bebidas con alcohol. Por ejemplo, en España la Unidad de Bebida Estándar (UBE) es de 10 gramos de alcohol por unidad cantidad contenida en una cerveza o copa de vino; en tanto, las copas de brandy u otros destilados contienen 2 UBE (20 gramos de alcohol). Con el tabaco este tipo de mediciones no existe, tampoco una cantidad de consumo recomendada.
Por eso es difícil llegar a un veredicto, pues en gran medida esto depende del nivel de consumo de cada persona, pero si podemos aproximarnos con varios datos a una respuesta general. Lo único que pretendemos es darle una dimensión real al riesgo que conlleva fumar y beber.
En esta esquina, el Tabaquismo…
Por la nicotina, el tabaco tiene una gran capacidad destructiva y hace que el usuario quede enganchado rápidamente a esta sustancia, considerada la segunda droga más adictiva, sólo superada por la heroína, pero delante de la cocaína o el cannabis. Por ello es muy complicado toparse con fumadores moderados u ocasionales, mientras que dar con bebedores con las mismas características es mucho más fácil.
El tabaco es la primera causa de mortalidad del mundo occidental y afecta el sistema cardiorespiratorio y vascular. Otro punto en contra es que tiene un mayor alcance. De acuerdo a una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, el tabaquismo también está relacionado con el suicidio. Por si esto fuera poco, estudios de la Universidad de California publicados en el Journal of Alzheimer Disease, han comenzado a relacionar de forma directa al Alzheimer con el consumo de tabaco.
En esta otra, el alcohol…
Ahora bien, el alcohol también tiene lo suyo, pues se le relaciona con más de 200 enfermedades, aunque afecta principalmente al hígado y cerebro. De acuerdo al doctor Antoni Gual, especialista en adicciones y psiquiatría, y miembro de Top Doctors España, no hay bebidas alcohólicas buenas:
“La toxicidad de las bebidas alcohólicas se debe al alcohol y, por tanto, no hay bebidas alcohólicas saludables. Las más tóxicas son aquellas con mayor graduación, pero la toxicidad en el individuo viene determinada por la cantidad de alcohol total consumida”.
Este especialista afirmó que el consumo de alcohol afecta más al organismo de las mujeres, pues…
“… Su organismo metaboliza con menor eficacia las bebidas alcohólicas y por ello tienen alcoholemias más altas, aun consumiendo la misma cantidad que un hombre de peso similar. Es por ello por lo que se recomienda que las cantidades bebidas por las féminas sean menores que por los varones”.
¡Abusadas muchachas!
Y el peor es….
Tanto el alcohol como el tabaquismo son agentes potencialmente carcinogénico, por ello, su consumo aumenta las posibilidades de padecer algún tipo de cáncer, aunque de acuerdo a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el tabaco se relaciona con el 40% de los casos de cáncer que se producen y es agente activo en once tipos de tumores (pulmón, cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago, cuello de útero, vejiga, riñón, páncreas y próstata).
A modo de conclusión podemos afirmar que aunque distintas, el peligro en ambos casos es que son sustancias tóxicas y adictivas. Pero si debemos marcar a uno como el más peligroso entonces elegiremos al tabaquismo, pues además causa adicción más fácilmente y sus riesgos a la salud son más extensos. Además, el humo del cigarro también causa daño.
El abuso de ambos es malo, pero lo es aún más del cigarro. Ojalá y este texto nos ayude a moderar un poco el consumo de estas sustancias.