Para muchos, el encarcelamiento de Rodrigo Medina era “una de cal por las que van de arena”. Pero ni modo, a seguir esperando que caiga aunque sea uno de tantos ex gobernadores tranzas que nos han tocado.
Ahora que “El Bronco” ya andaba celebrando que, por fin, pudo cumplir una de sus promesas de campaña, resulta que siempre no. Un juez federal ordenó poner en libertad al ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, quien apenas ayer había recibido prisión provisional por los delitos de peculado y agravio en contra del patrimonio del Estado.
La orden del juez fue en consideración de que se incumplió una suspensión provisional con la que contaba el ex mandatario y que, según, no hay evidencia que indique que podría sustraerse de la acción de la justicia… que se dé a la fuga, pues. Esto pese a que no cuenta con domicilio en Nuevo León. Para que no hubiera duda, el juez señaló que Medina ha comparecido regularmente por otro delito del que se le acusa: el caso KIA, empresa a la que benefició con estímulos fiscales por más de 3 mil mdp.
Ahhh, es delincuente, pero honrado. ¿Entonces no hay bronca? Pues no: el ex “gober” sigue vinculado a proceso por los dos delitos que se le habían señalado, los cuales –para dejarlo en libertad– fueron considerados como no graves, razón por la que no ameritan prisión preventiva oficiosa.
De acuerdo con el Diario Reforma, la liberación de Medina se dio cuando ya se manejaba que sería trasladado de la prisión de Topo Chico al Cereso de Apodaca. Al salir de prisión, alrededor de las 23 horas, el ex gobernador lamentó haber estado encerrado por largas 19 horas, de manera injustificada… lo bueno fue que, a final de cuentas, se le hizo justicia:
“El día de hoy (ayer) pasamos un tiempo aquí de manera injusta e indebida. Es un acto de injusticia que perjudica mi imagen. Estamos dándole la vuelta a esto con este auto de libertad. Finalmente se hizo justicia. Eso (de la foto difundida con uniforme y registro) son los daños morales que causa esto por una injusticia, por haber dado una mala orden”.
Por su parte, el Subprocurador Anticorrupción, Ernesto Canales, señaló que la liberación de Medina era algo que ya habían anticipado… pero no hay problema: “Eso (las vinculaciones a proceso) es lo de fondo y claro, es muy importante también la medida cautelar (prisión preventiva), y la vamos a pelear”.
Por los tres delitos por lo que se le acusa, Medina podría pasar hasta 36 años en prisión. Y, así como su efímero encierro no significaba que fuera culpable, su ahora liberación no implica que ya la libró… pues así como dijo el fiscal del Estado, cuando supo que el caso estaba siendo revisado por la justicia federal: “Mi respuesta sería que, en la viña del señor federal, todo puede pasar”.