La FSO (Federalnaya Sluzhba Okhrany), agencia rusa encargada de salvaguardar las comunicaciones en el Kremlin y la seguridad del presidente Vladimir Putin, ha cuestionado el uso de formatos digitales para guardar información sensible.
De acuerdo con el portal de la Federación Rusa (zakupki.gov.ru), la encargada de contratar proveedores, aquel país ha decidido regresar a la tecnología análoga. Buscan invertir alrededor de $14,800 USD en la compra de máquinas de escribir e insumos para el modelo Triumph Adlew TWEN 180.
A diferencia de las impresoras, cada máquina de escribir tiene señas particulares que quedan marcadas en el papel, por lo que se puede saber exactamente en qué máquina se realizo cada documento.
Todo esto con el fin de evitar posibles fugas de información como las ocurridas con WikiLeaks y con el caso de Edward Snowden, más recientemente. Cuando la seguridad nacional de un país está basada en tecnología y comunicaciones de países extranjeros y contratistas privados, ésta puede ser una forma ingeniosa de proteger sus secretos.