Aunque Francia ha endurecido las restricciones sanitarias para evitar los contagios de COVID-19 —desde el anuncio del toque de queda a partir de las 20 horas y que arrancará este 15 de diciembre hasta las multas por saltarse el confinamiento—, el fin de semana pasado fueron desalojadas 500 personas en una fiesta clandestina en el distrito 14 de Marsella.
Como seguro ya han leído por ahí, el gobierno de Francia ha reforzado las restricciones sanitarias ante la segunda ola de coronavirus —además de que enfrenta el descontento de una parte de la población por estas medidas y, en otro rollo distinto, también las manifestaciones en contra de la ley de seguridad global. Pero bueno, vámonos con el plan para combatir los contagios de COVID-19.
Aix en provence y Marsella están en alerta máxima por el aumento de contagios y hospitalizaciones por coronavirus. Ante esta situación, las autoridades retomaron el confinamiento, el cierre de actividades no esenciales y se ordenó a la gente evitar las reuniones sociales o de lo contrario tendrá que pagar multas.
Sin embargo, esto no impidió que en el distrito 14 de Marsella se llevara a cabo una fiesta clandestina que llegó a reunir a 500 personas.
Fiesta clandestina en Marsella, Francia
“Fiesta clandestina en Marsella: participantes evacuados por la policía y amonestados. Se lleva a cabo una investigación para identificar a los propietarios y organizadores que tendrán que responder por sus actos“. Este fue el tuit que la policía de Bouches du Rhône publicó luego de que medios locales dieran a conocer que 500 personas habían sido desalojadas de un fiestón organizado el 12 de diciembre.
Según los reportes, los asistentes pagaron 150 euros —algo así como tres mil 600 pesos— para entrar a esta fiesta que incluía una botella de alcohol en el precio. La mayoría estaba sin cubrebocas y obvio la sana distancia quedó en el olvido.
Tras el desalojo, la policía tuvo que multar con 135 euros a los asistentes por los cargos de romper el confinamiento, además de decomisar bebidas alcohólicas y drogas —de hecho, abrió una investigación por imprudencia.
Este fiestón se trató del segundo caso más sonado después de una fiesta clandestina organizada en una zona residencial de Joinville-le-Pont —en noviembre pasado— que reunió entre 300 y 400 invitados.
Estrasburgo y Nantes también
El mismo fin de semana en Estrasburgo y Nantes se registraron otro par de fiestas que reunieron a más de cien personas.
En el caso de la fiesta clandestina de Estrasburgo, esta fue desalojada y la policía inició una investigación contra el organizador por imprudencia y poner en riesgo la vida de las personas.
Y en cuanto a Nantes, la policía no pudo desalojar una sala adaptada como una disco por rollos de protección civil.