Lo que necesitas saber:
Aunque parezca tragedia o nota chusca, Francia busca destruir millones de botellas de vino para alivianar la oferta y la demanda.
Todo un coctel de problemas se está preparando en la economía de uno de los principales países vinícolas en el mundo. Y es que aunque parezca una noticia de cotorreo, Francia se prepara para destruir millones de botellas de vino para salvar a la industria.
Lo interesante es que no están echadas a perder; en realidad, el gobierno francés está esperando arreglar la falta de demanda antes de que explote una crisis.
Demasiada oferta, muy poca demanda… ¿van a destruir vino en Francia?
Siguiendo las reglas básicas de la economía, Francia espera destruir millones de botellas de vino para salvar la producción de los viñedos. Aunque suene extraño —especialmente para quienes lo vemos a la distancia, con sed de la mala— es un plan que podría hacer sentido.
Desde hace algunos años cada vez menos personas consumen vino en Francia, optando por tomar cerveza. Sin embargo, las regiones vinícolas siguieron produciendo la misma cantidad.
Eso provocó un exceso de demanda que mandó los precios en picada.
De acuerdo con The Guardian, estas afectaciones se han presentado especialmente a las regiones de Bordeaux y de Languedoc —famosas por sus tintos— donde los principales productores enfrentan una situación financiera color de hormiga.
“Nuestra producción es demasiado grande y el precio de venta está por debajo de los costos”, decía un miembro de la asociación vinícola francesa. “Estamos perdiendo dinero con cada botella”.
Acá es donde llega el poco ortodoxo plan del gobierno. El ministro de Agricultura de Francia espera gastar 200 millones de euros en destruir el exceso de botellas de vino. La idea es que destruyendo el exceso de oferta, la cantidad de botellas en el mercado se alivianen con la demanda y los precios regresen a la normalidad.
En un polémico mensaje —traducido al inglés por la BBC— comentaron que el alcohol que rescaten de la destrucción será revendido en forma de gel para manos, perfume o productos de limpieza. “La industria del vino tiene que adaptarse y pensar en el futuro”, señalaron.
Datos de la Unión Europea señalan que el consumo de vino se ha desplomado en todo el continente: 7% en Italia, 10% en España, 15% en Francia y hasta 34% menos en Portugal.