Si tuviéramos que definir a México (y probablemente a América Latina) en una palabra diríamos “desigualdad”. Ese es el signo del país con los cincuenta millones de pobres y la fortuna de 72 mil millones de dólares de Carlos Slim. La desigualdad es cosa de todos los días, basta con fijarnos en lo que hay a nuestro alrededor y la veremos.
Prueba de ello es la pujante zona de Santa Fe, que hace tan sólo unos años era un basurero. Ahora es un lujoso barrio en donde varios ejecutivos llevan una vida de primer mundo con sus oficinas transnacionales, sus restaurantes de primer nivel y su arquitectura innovadora.
Pero tan solo unos pasos más allá se encuentran el viejo barrio de Santa Fe, con su tradición de marginalidad y su pobreza. Estos dos mundos en apariencia tan distintos se encuentran tan cerca que prácticamente se abrazan. Si no fuera porque precisamente el mayor esfuerzo de Santa Fe es levantar barreras entre pobres y ricos; estos dos mundos se harían uno mismo.
Así es como podemos ver estas impresionantes imágenes que forman parte de una campaña en contra de la desigualdad. Ninguna de ellas está alterada, representan visiones aéreas fieles de una de las zonas más paradójicas de la ciudad. La pobreza y la riqueza colindan en estas fotos, pero entre ellas hay una distancia tan insalvable que pueden existir ambas durante mil años y jamás tocarse.
Si quieres ver una versión ampliada de estas fotos y revisar a detalle las separaciones entre ambos mundos, da click aquí.
*Vía The Independent
