¿Se imaginan pasar un día en un lugar en el que sólo estés a la espera de un bombardeo? Eso ocurre en Gaza e Israel, donde llevan tres días consecutivos de intensos ataques.
Sin embargo, en estos ataques no se pueden señalar buenos ni malos. Civiles de ambos bandos sufren las consecuencias. Si bien es cierto que las ofensivas israelíes han sido más agresivas y certeras, Gaza también ha optado por intentar bombardear a su contrario.
Tan sólo en una noche –miércoles a jueves- se registró la muerte de 64 palestinos. Ahora el ministerio de sanidad de la Franja reporta que son 81 muertos y 567 heridos, todos palestinos. Los ataques israelíes han dañado mayormente a la población, pues de los 81 muertos 70 son civiles (entre los que están mujeres y niños). Y es que los bombardeos han sido sobre construcciones civiles. Así lo reportaron organizaciones civiles israelíes como Betselem, quien dice que lo que hace su país viola «el derecho internacional humanitario (recordemos que lo que hace el Gobierno de Israel no es lo mismo que la postura que tenga la sociedad civil, muchos de los ciudadanos israelíes están en contra de la guerra).
Los bombardeos realizados ayer golpearon diversos puntos de la Franja de Gaza, el más importante de ellos localizado al sur, en la comunidad de Jan Yunis, donde 13 personas murieron, entre ellas cuatro niños y tres mujeres.
Ante la situación, el Consejo de Seguridad ONU ha urgido una reunión para tratar de terminar con los ataques lo más pronto posible.
Los ataques de parte de Israel no muestran señales de disminuir, por el contrario, Netanyahu prometió “intensificar los ataques contra Hamas y las otras organizaciones terroristas en Gaza”.
Desesperada, la población civil en Gaza huye de sus localidades; sobre todo ante los avisos de posibles incursiones terrestres.
Aunque la ofensiva de Israel es para intentar someter al grupo radical Hamas, el presidente palestino, Mahmud Abas, acusó que lo que ocurre en Gaza es un acto de “genocidio”.
Egipto ya ha anunciado la apertura temporal del paso fronterizo de Rafah para evacuar a los heridos y tratarlos en hospitales de la península del Sinaí.
Al parecer, la frontera permanecerá abierta hasta el fin de los ataques.
Por su parte, los grupos armados en Gaza –Hamas, principalmente- también han realizados ataques aéreos contra Israel, los cuales han sido interceptados por la defensa conocida como Cúpula de Hierro. Aquí, el lanzamiento de uno de sus cohetes antimisiles.
Sin embargo, la población israelí vive con la zozobra de esperar que uno de los ataques enviados desde Gaza tenga éxito. Aunque con un poderío bélico superior al palestino, en Tel Aviv suenan con más insistencia las alarmas antiaéreas.
Por la amenaza de un ataque certero, lugares en Israel por demás concurridos en esta época del año, hoy lucen casi desiertos.
Incluso habitantes en Israel han optado por permanecer en refugios construidos dentro de sus propiedades.
Mientras casi todo el mundo ha tenido un “respiro” por la celebración de la Copa del Mundo, en Oriente no hay lugar para eso: “Se diría, entre bombardeo y bombardeo, que las calles de la Gaza en guerra son de los niños y de los muchachos jóvenes, que parecen no temerle a nada. Se arremolinan al borde de los tremendos cráteres poco después de cada explosión y celebran los lanzamientos de misiles como jugadas del Mundial de fútbol”.
Del otro lado, en Israel, también celebran cuando cada ataque de Gaza es interceptado. Ojala algún día ambos bandos celebren el fin total de las hostilidades.
La Liga Árabe ha pedido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se reúna, así que lo harán el día de hoy en una sesión de emergencia para hablar sobre la violencia en Gaza.
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