El ejercito de los Estados Unidos ha hecho pública la última fotografía captada por una soldado al momento de una explosión en Afganistán.
Hilda Clayton era una especialista en información visual o camarógrafa de combate. Su tarea consistía en registrar imágenes del entorno de combate, acompañando en sus despliegues a soldados y pelotones para documentar la historia de sus operaciones.
El 2 de Julio del 2013, Clayton y cuatro soldados del Ejercito Nacional Afgano perdieron la vida cuando un tubo de mortero explotó accidentalmente durante un ejercicio de entrenamiento en la provincia de Laghman, Afganistán.
Según señala la armada estadounidense, la participación de Clayton ocurrió en un momento crítico para el conflicto, pues en el momento se requería de la colaboración entre soldados estadounidenses y afganos para lograr “estabilizar al país.”
La decisión de publicar estas imágenes en el Army Military Review obedece al reconocimiento que el ejército norteamericano quiere hacer: en un primer lugar; a las mujeres que forman sus filas, así como a los periodistas que son enviados para cubrir conflictos bélicos, buscando concientizar sobre los peligros que enfrentan todas estas personas tanto en los entrenamientos como en el combate, lo cuál es loable a todas luces. Sin embargo, uno no deja de pensar en la contradicción que significa el “concientizar sobre los peligros de la guerra” cuando el ejército de Estados Unidos ha sido precisamente uno de los grandes protagonistas de los conflictos bélicos en los últimos años.
Irremediablemente, la pregunta que nos obligan a hacernos estas imágenes es que si pudieras captar en una foto el último momento de tu vida, ¿te gustaría que fuera éste?