Si algo pude comprobar el pasado fin de semana en la XXXIV Feria Internacional del Libro, es que el tema de los zombis sigue atrayendo a la chaviza. Así lo demostró la gran afluencia que tuvo la presentación de la novela juvenil “Amor, Zombis y otras desgracias”, de José Luis Trueba Lara.
Un salón lleno de adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes. Gente que se quedó con ganas de entrar a la presentación pero que ya no alcanzaron lugar pues la fila ya era considerable desde media hora antes de que iniciara el evento, e incluso, una chica caracterizada de zombi. Todo esto, no para ver una película o entrar a un concierto, sino para presentar un libro.
Entonces las luces se apagaron y se proyectó este video:
Y es que a veces olvidamos la parte divertida de la literatura. Muchos tienen la idea de que sumergirse en un libro es tedioso y aburrido, cuando debe ser todo lo contrario. En parte, el gusto por la lectura ocurre en la adolescencia, de ahí la importancia en que autores y editoriales dediquen parte de sus títulos a los niños y jóvenes. En el caso de “Amor, Zombis y otras desgracias”, esto se logra a la perfección.
De acuerdo a su autor, este libro surgió gracias a que, desde su juventud, veía películas de terror y siempre se sintió particularmente atraído hacia los zombis. Años después, cuando se planteó escribir una novela para el público juvenil supo que ese tema era el indicado.
Publicada por Alfaguara Juvenil, esta obra habla de la vida de Jorge Antonio, un adolescente incomprendido cuya vida se descompone aun más cuando lo cambian de escuela, sus nuevos compañeros de clase lo molestan y catalogan como apestado social, sus únicos amigos son igual o más perdedores que él, y además se enamora de Bárbara, la chica de sus sueños la cual no lo pela.
Por si fuera poco, se ve inmerso en un ataque de zombis en plena Ciudad de México.
La historia se ve aderezada con elementos que manejan “los muchachos de hoy”, como los blogs, teléfonos celulares y redes sociales, además de que entre sus páginas abunda el humor negro.
Durante la presentación, Trueba Lara lanzó varias reflexiones, una de ellas encaminada a que los adolescentes suelen identificarse con los zombis y demás criaturas terroríficas porque representan el miedo a perder la individualidad, a ser una persona más que camina sin voluntad ni pensamientos propios y perderse en la horda. Este sentimiento amargo, en cierta forma, es el mismo que ocasiona crecer.
Ya lo decía José Emilio Pacheco en El Principio del Placer:
“Si, en opinión de mi mamá, ésta que vivo es ‘la etapa más feliz de la vida’, cómo estarán las otras, carajo”.
Así, “Amor, Zombis y otras desgracias” es un título que los adolescentes y uno que otro adulto disfrutará mucho. Ahí está pues, esta sugerencia para los fanáticos de los zombis (tan de moda últimamente) y quienes gustan de las historias sobre desamor (tan de moda siempre).