“Mil jóvenes con Alessandro Baricco”, así se llamó el evento en el que este escritor italiano se presentó ayer en el salón Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Originalmente, esta charla se llevaría a cabo ante jóvenes, pero… ni eran mil asistentes (no creemos que quepan tantos en la sala) y ni todos eran jóvenes, de hecho, un nutrido grupo de asistentes eran señoras entre los 40 y 50 años. Y es que debemos reconocer que este novelista, dramaturgo y periodista nacido en Turín tiene su pegue con las damas.
Durante la presentación podían escucharse frases como “La verdad sí está guapísimo”, “Qué me lleve con él a Italia” o “Es un encanto de hombre”. En fin, después de aclarar que esta charla pudo haberse llamado “300 jóvenes y 300 señoras en climaterio… con Alsessandro Baricco”, les contamos cómo estuvo el asunto.
Alessandro Baricco es uno de los escritores italianos más importantes de los últimos años, autor de novelas muy celebradas y exitosas como Tres veces al amanecer, City, o Seda, está última un long seller gracias a que se sigue vendiendo a pesar del paso del tiempo. También ha publicado obras de teatro y ensayos, su obra narrativa ha sido traducida a más de 17 idiomas. Con un palmarés así, era lógico que su presentación fuera una de las más esperadas en esta edición de la FIL.
Para moderar la charla, Baricco estuvo acompañado por Nicolás Alvarado y un traductor. La oportunidad para los jóvenes (y las señoras) era única: poderle preguntar lo que quisieran a esta figura literaria.
Así, Alessandro Baricco comenzó hablando de cómo concibe el proceso de contar historias, de las cuales se empezó a enamorar porque de esa forma podía hablar consigo mismo.
Cuándo Alvarado lo interrogó acerca de su concepción del tiempo, Baricco se dio unos segundos para pensar en silencio, y después profirió “todas las historias tienen un problema de tiempo”, y para demostrarlo fue ejemplificando con varias de sus novelas y con las de otros autores como todo se resumía a juegos del tiempo, así pasó con Romeo y Julieta, cuya historia terminó de forma trágica por un pequeño desfase de tiempo entre ambos.
Una historia no es buena por lo que se cuenta sino por cómo se cuenta:
“Nos pasamos contando siempre la misma historia, no podemos librarnos de los clásicos. Las contamos una y otra vez, agregándole cosas para hacerlas nuestras. Es importante dejar que las historias viajen y se desarrollen”.
Baricco agregó que las historias deben irse contando y adecuando:
“Si yo le cuento ‘Romeo y Julieta’ en su forma original a un niño de cinco años, terminará durmiendo”.
Por todo lo anterior, Baricco junto con otros escritores italianos y del mundo, realizaron el ejercicio de retomar algunos clásicos literarios y reescribirlos.
A media charla, el salón en donde se desarrollaba esta presentación se obscureció por completo debido a fallas del sistema de luz. “Ohhh qué romántico”, fue lo que dijo Baricco ante lo ocurrido, con lo que se echó (aún más) a las señoras a la bolsa.
Una vez restaurada la luz, el novelista profundizó sobre el proceso de creación de su novela Seda, que surgió cuando un amigo suyo le contó que en su casa habían encontrado el libro de uno de sus ancestros, que vivió a principios del siglo XIX, y que solía viajar en Japón para comprar hueva de gusano de seda para luego regresar a Italia, está vuelta al mundo le llevaba seis meses y la otra mitad del año la usaba para descansar.
De Seda también contó que el nombre de Lavilledieu, el poblado francés en el que ocurre parte de la historia, fue inventado, pero que tiempo después se enteró que en efecto, hay un pueblo en Francia con ese nombre y que curiosamente también se dedica a la producción de seda. Baricco confesó que incluso fue invitado a inaugurar una biblioteca en ese poblado.
Un momento gracioso de la charla fue cuando uno de los asistentes confesó que escribe historias sobre mujeres, y que esto le ocasiona peleas con su mujer. Baricco le contestó que para este problema hay dos soluciones: Ya no mostrarle lo escrito a su mujer, o bien, cambiar de esposa.
Alessandro contó que mientras escribe escucha música, como método para eliminar otros ruidos.
“Es muy importante que mi escritura tenga ritmo, es un placer físico lograrlo”.
Finalmente señaló que, de sus libros, Emaús es el que más trabajo le costó escribir, y que City es su favorito, aunque sea el que menos se ha vendido.
“Una alumna me dijo: qué libro tan curioso, tú eres todos los personajes, y en realidad es cierto”.
Así finalizó esta charla en la que Baricco se mostró accesible y de buen humor, ganándose el afecto de sus ya de por sí entusiastas lectores… y lectoras.