Mientras la desaparición de 109 fideicomisos parece inminente —dedicados a la ciencia, tecnología, derechos humanos o cultura—, un reporte reciente nos recuerda que los fondos destinados para el Ejército en México están creciendo a pasos agigantados.
¿Qué tan agigantados? Agárrense porque la lana de los militares crece más que la guapura del Shocker.
Si aquel famoso luchador era mil por ciento guapo, los fideicomisos del Ejército en nuestro país son mil 048% más grandes de finales de 2019 a la fecha.
¿Cómo creció el fideicomiso del Ejército?
De acuerdo con la investigación publicada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), este impresionante crecimiento de fondos públicos está enfocado, principalmente, en un fondo que se llama Fideicomiso Público de Administración y Pago de Equipo Militar.
¿Cómo crecieron estos fondos? Ahí les va, porque además —reportan— que todo sucedió en menos de un año.
En septiembre de 2019, la Secretaría de Hacienda reportó que había 2 mil 505 millones de pesos en los fideicomisos del Ejército y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
Actualmente, esos fondos tienen 31 mil 980 millones de pesos guardados. ¡Sopas!
La mayor cantidad de esos fondos —el 94% o 30 mil 193 millones de pesos— se encuentran en el Fideicomiso Público de Administración y Pago de Equipo Militar. El resto de la lana se encuentra en otros tres fondos dedicados al retiro, las pensiones y el apoyo a deudos e hijos de los militares mexicanos.
¿Y para qué se usan estos millones?
Sabemos que el Ejército en México cada vez tiene más chamba, pero el aumento sin precedentes en los fideicomisos de SEDENA se encuentra en un apartado que no está muy claro su funcionamiento.
De acuerdo con un reporte de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) este espacio sirve pa’ comprar chile, mole y pozole.
El Fideicomiso Público de Administración y Pago de Equipo Militar sirve para “administrar los recursos que forman su patrimonio y cubrir las erogaciones por las adquisiciones de bienes, tales como: equipo militar, terrestre, aéreo y refacciones, así como la contratación de obras públicas y de los servicios de mantenimiento necesarios”.