Recta final de la décima edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). El ritmo de las proyecciones y de las conferencias finalmente ha bajado, aunque esto no significa que sean pocas.
Así pues, elegí ver otra cinta más en competencia, además de un documental que se me había pasado y al que traía ganas e incluso, hubo tiempo para echarse un clásico.
“No hay nadie allá afuera”
Comenzando temprano, me senté en la sala para ver “No hay nadie allá afuera” de Haroldo Fajardo. Una película que un ejercicio más que otra cosa.
Con un ritmo muy pausado, una historia prácticamente inexistente y unas larguísimas secuencias, vemos el día a día de un grupo de jóvenes que tienen una banda punk rock. Si bien la premisa ofrece tela de dónde cortar, la realidad es que el producto final es plano y poco atractivo.
Es cierto, se trata de la ópera prima de Fajardo y se nota, aunque no de una buena manera. Lo que uno tiene que ver…
“El Ingeniero”
Luego de 12 años de trabajo, Alejandro Lubezki presentó “El Ingeniero”, un documental que sigue los pasos de Cuauhtémoc Cárdena rumbo a las elección presidencial del 2000.
Un recuento histórico en el que se narra parte de uno de los procesos políticos más importantes de México: la caída del PRI en poder, después de 70 años.
Cabe mencionar que todo el tiempo que ha pasado desde entonces ayuda a ver, desde la distancia, de una forma distinta lo sucedido. Creo la llegada de Vicente Fox a la presidencia, tiene un sentido totalmente distintos ahora, que si el documental hubiese visto la luz digamos, en el 2004. A la distancia, ver a varios de los personajes (incluyendo al mismo Fox) que ahí figuran, ayuda a entender mejor, aunque sea de forma irónica y retorcida, a la clase política mexicana.
Quizá hubiese sido importante para el contexto ver lo que sucedía en los medios o en otro tipo de material además del de Lubezki, sin embargo, tampoco es que haga falta, pues la intención principal del trabajo es mostrar de forma íntima el proceso electoral de Cárdenas y de la izquierda.
Un trabajo muy interesante, sobre todo porque muy pocas veces se ve la historia desde el lado de los perdedores.
“Susana (carne y demonio)”
Ya para finalizar y para sacudirme el mal sabor de boca de la primera función, finalicé el día con Susana (carne y demonio) del Luis Buñuel, una de las cintas que exhiben en el FICM en homenaje al director.
Un filme que nos cuenta la historia de la llegada a un pueblo de una hermosa y perversa mujer, quien se meterá como el mismísimo diablo en la vida de una acomodada familia.
Todo un clásico del cine mexicano del que no hace falta explicar mucho. Lo que uno tiene que ver.
Ahora toca ver las últimas películas antes de la clausura del festival, la cual por cierto, contará con la exhibición de “Moonrise Kingdom” de Wes Anderson.