Y en un capítulo más de “Sólo en México y en Los Simpson (en las temporadas que ya no son graciosos)”… esto que pasó en Morelos, donde las autoridades afligieron a una madre al entregarle el cuerpo sin vida de “su hijo”. Pero cuál: el susodicho después apareció vivito y coleando.
Es decir, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Morelos cometió un error y entregó a la mujer el cuerpo de un desconocido. Según La Jornada, la señora ya hasta había velado, llorado y enterrado al cuerpo, cuando se le informó que las autoridades la habían regado gacho y el difunto no era su hijo. Upsss…
“La fiscalía regional oriente de la FGE cometió un grave error por omisión o por acción; eso lo tendrá que investigar la propia institución, pero resulta que el 16 de enero a la una de la madrugada a Felicitas Tijera le entregaron el cuerpo de quien supuestamente era su hijo”, explicó el abogado de la señora en cuestión, Miguel Ángel Rosete.
Aparte de todo lo penoso del asunto, este caso hace evidente un grave problema que podría ser la raíz de uno de mayores proporciones que desde hace años tiene en jaque a las autoridades (de Morelos y otras entidades): la identificación de personas desaparecidas.
Lo anterior puede decirse debido a que, según explica el abogado de la señora Felicitas, las autoridades de Morelos no permitieron que su clienta identificara el supuesto cadáver de su hijo: la FGE se le entregó en una caja sellada.
Para alivio de la mujer, su hijo apareció quince días después de “su funeral” en un anexo de Alcohólicos Anónimos… pero, como es de esperarse, la señora se encuentra bastante afectada emocionalmente y, además, de forma económica, ya que no contaba con los recursos para los gastos funerarios y tuvo que endeudarse.
Hasta el momento las autoridades de Morelos desconocen la verdadera identidad del cuerpo que se le entregó a la señora Felicitas… pero bueno, eso lo tendrán que resolver, junto con la demanda que se les interpondrá por no aplicar los protocolos de identificación cadavérica.