El fallecimiento de María Fernanda, una joven estudiante del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), conmovió profundamente a la sociedad mexicana. Su fallecimiento desencadenó un movimiento que abrió la conversación sobre la salud mental y la importancia de atender los suicidios. Sin embargo, su familia anunció que la causa de su muerte fue un prolongado ataque de epilepsia provocado por el estrés.
“Ella amaba la vida y la vivía a plenitud, se encontraba llena de planes y proyectos por realizar”, mencionó su madre.
En el texto se hace una mención específica a la actitud de los profesores del ITAM y la influencia que tenían en la salud mental de María Fernanda. “Tomó la decisión de estudiar en esa institución por su alto nivel de exigencia académica”, señala el comunicado. “Su enojo permanente era la forma burlona y humillante que algunos maestros tenían hacia los alumnos”.
Su madre cuenta que los profesores amenazaron a la joven con reprobarla y que vivía en un constante ambiente sin empatía. En su último día de vida —señala— Fernanda salió llorando de un examen de derecho por la humillación recibida por uno de sus maestros.
COMUNICADO PERSONAL
Escribo a través del dolor más profundo que un ser humano pueda sentir, y desde ahí, desde el fondo de mi ser, quiero agradecer las muestras de respeto y cariño que han mostrado hacía mi hija María Fernanda Michua Gantus.A últimas fechas…
— Fernanda Gantus (@GantusFernanda) December 19, 2019
La familia hace una específica mención a que María Fernanda sufría ataques de epilepsia y que estaba recibiendo tratamiento.
“Admiro, apoyo y respeto el movimiento estudiantil que se suscito a causa de la muerte de mi hija y de otros tres compañeros del ITAM”, pedía su madre en los últimos párrafos de su personal comunicado. “Nunca más permitan que los humillen o degraden en ninguna situación de su vida, son seres humanos que merecen respeto en esta y todas las etapas de su desarrollo”.
El fallecimiento de María Fernanda sacudió verdaderamente las cosas en el ITAM.
De hecho, tras su muerte, se organizó un movimiento al interior de la institución para enfocarse en la salud mental de los estudiantes mexicanos y en las consecuencias que pueden tener las altísimas exigencias académicas. El día que los alumnos se fueron a un paro activo en época de exámenes hubo una emotiva asamblea para recordar a los compañeros que han perdido la vida y tomar las acciones necesarias para que no vuelva a suceder.
