N’ombre, pues si nomás era darle tiempo al muchacón. Sólo un sexenio extra le tomó a Felipe Calderón dar con la respuesta para solucionar el desmáuser que él mismo provocó. Bueno, no todo, pero sí algo que desde que inició la llamada guerra contra el narco se reclama: cómo hacer que el Ejército regrese a sus cuarteles.
El plan maestro para lo anterior no fue todo de su autoría, pero sólo fue necesario tomar como base el anuncio que AMLO hizo como parte de su estrategia para pacificar al país y garantizar la seguridad del país. Así, a la convocatoria para integrar a 50 mil efectivos al Ejercito, la Marina y la Policía Federal, el buen Calderón nomás le hizo un pequeño ajuste y ¡eureka!… calles libres de soldados.
Ahhh sí, el plan de Felipón es este, para que vayan tomando nota Mireles, Sicilia, Cienfuegos, la Santanera y todo aquel que esté involucrado en la pacificación del país: “El anuncio de reclutar 50 mil nuevos elementos, que creo que deben canalizarse a la Policía Federal, es decir, a fuerzas integradas por civiles, para que el Ejército pueda replegarse poco a poco y si esos nuevos elementos que van a cumplir funciones de policía, son reclutados con controles de confianza, y son bien pagados y entrenados, pueden ser parte de la solución del problema”.
Pffff… ¿así de papita?, ¿cómo no se le ocurrió antes? Ohhh pues es que las grandes mentes trabajan con calma. El caso es que, en conferencia sobre seguridad ofrecida en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, recomendó que la estrategia sea “completa”. ¿Cómo? “Enfrentar a la delincuencia, reconstruir las instituciones y agencias de seguridad y justicia, especialmente Policías, ministerios públicos y jueces, para hacerlos confiables y eficaces y reconstruir el tejido social. Si se afloja en cualquiera de estas tres áreas, crece nuevamente la delincuencia”.
Nomás con eso.
Respecto a por qué se le zangoloteó tan gacho el país en lo relativo a la seguridad, el expresidente reveló que no todo fue culpa suya… pero estados como Tamaulipas se abstuvieron de echarle la mano, mientras que otros lo hicieron a la de a fuerzas, como el caso de Nuevo León, donde la sociedad y los empresario$$ empujaron con ganas.