Este lunes 15 de junio, por medio de un comunicado la Administración Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) anunció que revoca la autorización de uso de emergencia para el uso de fosfato de cloroquina y sulfato de hidroxicloroquina para tratar a pacientes hospitalizados con COVID-19.
¿Y ahora por qué?
Tras un análisis de los datos científicos emergentes, la FDA determinó que estos dos fármacos “probablemente” no sean efectivos para el tratamiento del coronavirus.
Además ahora que se sabe que en estudios clínicos se observaron afectaciones cardiacas graves y otros posibles efectos secundarios, se determinó que los beneficios no superan los riesgos potenciales.
El argumento de la FDA es que al momento de autorizar el uso de emergencia de la cloroquina y la hidroxicloroquina, se hizo con la información y los datos disponibles en el momento.
Pero después de analizar las condiciones actuales y lo que se sabe, se determinó ya no respaldar su uso.
El ensayo clínico
Estados Unidos llevó a cabo un estudio aleatorio en pacientes hospitalizados, una población similar a la población para cual se autorizó el uso de los medicamentos. La hidroxicloroquina no demostró beneficios para disminuir la mortalidad o en acelerar la recuperación de los pacientes.
La cloroquina y la hidroxicloroquina están aprobadas por la FDA para tratar o prevenir la malaria, además de afecciones autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide.
¡Avísenle a Trump!
Recordemos que hace unas semanas, el presidente Trump anunció que, a modo de prevenir el coronavirus, consumía hidroxicloroquina. Esta decisión también fue anunciada por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Ambos afirmaron que se sentían mejor que nunca y que no tuvieron efectos secundarios. De igual forma en Brasil esos medicamentos están autorizados para el tratamiento del COVID-19.
